…me dicen “el conservador”!!!
Muchas veces enarbolamos la bandera del perfil de riesgo conservador, y nos resistimos a realizar inversiones en activos financieras bajo ese escudo. Pero será que realmente entendemos lo que significa ser conservador. Mejor aún, la estructura de nuestro patrimonio refleja esa actitud conservadora frente al riesgo.
Primero quiero intentar una explicación del porque algunas personas literalmente no quieren oír hablar de activos financieros. A lo largo de varios años he tenido la oportunidad de conversar con mucha gente, y la mayoría de las personas que muestran este comportamiento han tenido una experiencia “traumática” en el pasado. Traumática por asignarle un calificativo tal vez extremo, en realidad lo que pasó es que perdieron plata, no sé si mucho o poco pues ello también puede ser relativo. Lo cierto es que sufrieron una pérdida en el valor de su inversión, y debido a ello no quieren volver a invertir en acciones, bonos, Fondos Mutuos que invierten en estos activos, o cualquier otro activo financieros, pues los consideran muy riesgosos, y ellos son adversos al riesgo y se dicen conservadores.
Antes de seguir creo que se hace necesario aclarar lo que significa tener aversión al riesgo. Éste, que es un supuesto base en la teoría financiera y debería ser un atributo natural en todo individuo racional, no significa que vamos a evitar asumir riesgos, pues ello es imposible de lograr. Tener aversión al riesgo significa que vamos a evitar riesgos “innecesarios”. Ahora ustedes seguramente están pensando, pero quien en su sano juicio asume riesgos innecesarios. Pues créanme, pasa en la vida, pasa en el Mercado, pasa en….
Les pongo un ejemplo. Seguramente usted es un muy buen abogado, tal vez un excelente ingeniero, un médico destacado, o un emprendedor exitoso. Pero no conoce el mercado de capitales y la dinámica del precio de los activos financieros, lo cual no es motivo de vergüenza pues su negocio y su especialidad es otra. Pero claro, llega el ejecutivo comercial de un Fondo Mutuo, de una Casa de Bolsa o de alguna plataforma de trading de divisas, le pinta pajaritos en la cabeza, y usted se decide a “probar”.
Si en la experiencia le fue mal, no es por la volatilidad del precio de las acciones, de la tasa de interés, del precio de los commodities, o por esto o aquello. Mi humilde opinión es que usted hizo una inversión basado en la recomendación de alguien cuyo conflicto de interés, seguramente limitó la propuesta a la parte bonita de la historia, le pintó la vida de colores, le puso como ejemplo lo que sus otros clientes han ganado, y usted no profundizó mas sobre dicha inversión. Peor aún, no consulto con un asesor o especialista independiente que le explique libre de sesgos comerciales los probables escenarios, e implicancias de la inversión que está a punto de emprender. Es decir, no tuvo información completa, y por lo tanto, asumió un riesgo innecesario.
Ser conservador no quiere decir que usted eliminará del mapa la posibilidad de invertir en acciones, bonos, notas estructuradas, Fondos Mutuos, o cualquier otro instrumento financiero, porque el rendimiento de dichos instrumentos puede ser volátil. Algunas personas con las que converso de hecho equivocan la estrategia. Ellos tienen concentrado su patrimonio en un negocio, algunos otros en activos inmobiliarios, y haciendo honor según ellos al famoso perfil conservador, se resisten a diversificar asignando parte de su patrimonio a otro tipo de activos.
Si se dan cuenta, en la práctica estos señores están asumiendo un riesgo alto que no se condice con ese supuesto perfil conservador. Aquellos que tienen su riqueza concentrada en el emprendimiento, están expuestos al riesgo de su negocio. Si le va mal a su empresa, lo perdieron todo. Otros en honor a ese supuesto perfil conservador tienen su patrimonio concentrado en activos inmobiliarios, pero al hacerlo así están expuestos a un solo tipo de activo que además de ser altamente cíclico, no es líquido.
Haciéndola de abogado del diablo, seguramente algunos emprendedores que están leyendo este post argumentarían diciendo que su negocio va muy bien, que tiene muy buenos márgenes, y para que su empresa quiebre tendría que pasar muchas cosas, tendrían que alinearse los nueve planetas, o cualquier otro evento cósmico. Argumentos similares podrían esbozar quienes están concentrados en sector inmobiliario.
Señores, la gestión de riesgos busca minimizar el impacto de la “probable” ocurrencia de un evento desfavorable. Para aterrizar la idea, riesgo existe mientras la moneda está en el aire, una vez que cayó, lo que era riesgo ya se materializó en un resultado, cara o sello, ya ganamos o perdimos. Lo mismo aplica para su negocio o sus inversiones inmobiliarias. Aún si el ciclo les es favorable, uno debe estar preparado para la ocurrencia de un evento adverso. La probabilidad que tal evento ocurra puede ser alta, mediana, baja, minúscula o infinitesimal, pero está ahí, y no deberíamos esperar que se presente.
Es verdad que invertir en acciones involucra riesgos, de la misma forma que estarán expuestos a riesgos al invertir en instrumentos de renta fija, en activos inmobiliarios, en su negocio, etc. Riesgo siempre tendrán, la idea es gestionar ese riesgo, y una forma de hacerlo es precisamente mediante la diversificación. Pero de ninguna manera ser conservador es una razón para resistirse a diversificar asignando parte de su patrimonio a activos financieros. Si es el caso, entonces buscaremos construir un portafolio que pondere activos de baja volatilidad, tratando balancear el riesgo de TODO su patrimonio. Es decir, para construir su portafolio financiero tomaremos en cuenta el riesgo que ya tiene en su trabajo, en su negocio y otras inversiones que pudiera poseer, no solo de las inversiones financieras.