Ho – ho – ho… Feliz navidad amigos inversionistas!
Pues parece que si no se habla o comenta sobre el último paquete de medidas económicas propuestas por el ejecutivo la semana pasada, no eres “cool”. Así que voy a sumarme al batallón de economistas, políticos, comentaristas, analistas, estudiosos y demás que en los últimos días han opinado, saludado, aplaudido, criticado, o de alguna manera se han referido a las recientes medidas económicas lanzadas por el Ejecutivo.
Pero yo solo me voy a referir a tres medidas puntuales, todas ellas relacionadas al tema tributario, pues pienso que estas son de importancia superlativa para la economía, y por lo tanto para quienes de alguna forma estamos relacionados a la asesoría o gestión patrimonial. Además voy a tratar de ser lo menos técnico posible.
Primero la reducción del impuesto a la renta de cuarta categoría, el que aplica a las personas naturales cuando realizan trabajo como independientes. Esta medida es importante por una razón muy sencilla. Aumenta el ingreso disponible de las personas, es decir, les deja mas plata en el bolsillo, y la teoría económica nos dice que ello se traduce en una mayor disposición para gastar, con lo que se impulsaría la demanda. Aclaremos algo, no cualquier incremento en el ingreso disponible favorece la demanda, solo aquel que es percibido como algo permanente, y creo que este es el caso. Los sectores que se beneficiarían de este tipo de medidas son aquellos cuyos ingresos están directamente relacionados al consumo interno.
Luego esta la reducción al impuesto a la renta para las empresas, el cual se daría en forma gradual hasta el 2019. El impacto directo de esta medida es una mejora en las utilidades de los negocios. Esta reducción del impuesto se vuelve más interesante si la analizamos en conjunto con la tercera medida a la que me quería referir, es decir el incremento al impuesto a la distribución de dividendos, que incentivaría una mayor retención y reinversión de las utilidades. Mayor reinversión, mayor crecimiento, mayores ingresos, y así sucesivamente. Claro que para ello además de las medidas fiscales, es necesario que las empresas desarrollen proyectos que sumen valor a sus negocios.
Ahora, mas allá del impacto teórico de estas y las otras medidas que se están proponiendo, debo resaltar el mensaje que se está dando al mercado, y para mí éste está claro. Corríjanme si opinan lo contrario, pero me parece que detrás de estas propuestas hay un claro compromiso del gobierno por implementar las medidas que sean necesarias en busca de retomar el crecimiento de la economía. Visto de esta manera, el mensaje que se está dando resulta importante por cuanto se traduce en expectativas, y como todos sabemos, los precios de los activos en el mercado se mueven y responden a expectativas.
Esto no es una apología al gobierno, no se equivoquen, yo no voté por Ollanta Humala, de hecho soy un opositor radical a todo tipo de ideas socialistas, populistas, paternalistas o cualquier cosa que se les parezca. Como solía decir a mis alumnos en la universidad, “Señores yo soy católico y soy economista, como soy católico creo en Dios, y como soy economista, creo en el mercado”. Precisamente porque creo en el mercado es que no puedo ser mezquino, y debo saludar medidas que favorecen al mercado. Si tengo que hacer una crítica, sería que estas medidas se debieron promover antes. Se tardo mucho tiempo en tomar decisiones y eso definitivamente nos pasó la factura, claramente lo pueden ver en la Bolsa de Valores. Si los estimados de rendimiento para el año no se cumplirán como parece, será precisamente porque los supuestos sobre los que se sustentaban tales estimados no se dieron, y algunos de ellos estaban directamente relacionados con inversión, tanto pública como privada. Pero bueno, siempre es mejor tarde que nunca. Seamos positivos y miremos para adelante.
En la medida en que estas medidas mejoren la confianza y las expectativas de los agentes en el mercado, ello se traducirá en mejores precios de los activos financieros. Hoy por hoy, mi postura es que hay precios muy castigados en la Bolsa, sobre todo en sectores relacionados a demanda interna. Punto aparte es el sector minería donde los temas centrales están más bien relacionados a factores externos como China y la evolución de su economía. Con relación a este sector nosotros todavía nos mantenemos defensivos.
En virtud de lo expuesto, nuestra propuesta sigue siendo sectores de demanda interna. El sector financiero se beneficiaría de un repunte de la actividad, y los sectores defensivos como servicios también son recomendables en este momento. Pero nos mantenemos cautos en minería donde la volatilidad del precio de los commodities mineros todavía es un riesgo que hay que monitorear, y se debe ser muy selectivo con las posiciones que se tomen.