Señor, acuérdate de los Atenienses…
La semana que pasó muchos respiraron tranquilos luego que el Eurogrupo dio su visto bueno a las reformas y planes de austeridad aprobados por el Parlamento Griego, hecho que abre las puertas a un tercer paquete de rescate financiero para Grecia. Los precios de los activos globales recortaron las pérdidas que habían anotado las semanas previas en medio de especulaciones acerca de si se daba o no tal acuerdo.
Pues bien, creo que en esta historia hay algunos puntos sobre los que conviene reflexionar. Para ponerlo en términos simples y sencillos debemos tener en cuenta que Grecia representa al niño malcriado que se pasó todo el año relajado, no hizo tareas, no estudió, está a punto de jalar de año, y está “rogando” por una nueva oportunidad, un examen adicional para intentar pasar el año. Lo interesante es que la elección del grupo izquierdista Syriza en enero de este año hace pensar que si bien el niño quiere pasar de año, lo quieren hacer sin estudiar. Aquel fue un triunfo de los grupos que se oponían a la austeridad necesaria tras tantos años de desbande fiscal, mismo desbande que llevó al país Heleno en algún momento a tener un déficit fiscal superior al 15% de su PBI.
El concepto es simple y lo pongo con un ejemplo numérico para mejor compresión. Si ganamos USD 1,000 y gastamos USD 1,500, necesariamente hemos tenido que financiar USD 500. Este financiamiento generará en el futuro un incremento de los gastos por el lado financiero (intereses de la deuda). Si no se corrige el problema estructural (los gastos siguen siendo mayores a los ingresos) la deuda seguirá creciendo, y con ello los gastos financieros también crecerán. Esto no es sostenible y en algún momento explota. La única solución es ajustar el cinturón, no hay más.
Pero cuidado que la historia aún no termina, hay que tener presente que las negociaciones y el rescate están condicionados al cumplimiento por parte de Grecia en la aplicación de las medidas aprobadas, entre las que están la reforma del sistema de pensiones, la ampliación de la base tributaria, liberalización del mercado laboral y una serie de privatizaciones entre las que destaca el mercado eléctrico. Todas ellas medidas anti populistas, incluso más duras que aquellas que la población rechazó en el referéndum del 5 de julio, pero necesarias si el país realmente quiere hacer las cosas bien. Puedo estar de acuerdo con muchos colegas economistas en el sentido que varias de estas medidas tienen un efecto recesivo en el corto plazo. Sin embargo, creo que si se hacen las cosas bien, Grecia podría mirar el largo plazo con algo más de optimismo. La clave del éxito radicará en la rapidez con que tales medidas se implementen, pues ello retornaría la confianza de la inversión y el capital extranjero.
Ante esta situación me viene a la mente la historia del rey Persa Darío, quien encargó a uno de sus sirvientes que al momento de servirle los alimentos le dijera al oído “Señor, acuérdate de los Atenienses”, para recordarle el revés que sus ejércitos habían sufrido en la batalla de Marathon, y de esta forma evitar que el tiempo apagara sus deseos de vengar tal derrota. No se trata acá de recordar una derrota bélica, pero si el hecho que Grecia ya incumplió los acuerdos de los anteriores planes de rescate, y como dicen por ahí, la primera vez que me engañas es tu culpa, la segunda vez que me engañas es MI culpa.
Mi opinión es que si Tsipras no aprovecha el apoyo político que parece haber logrado en la última semana, y Grecia no logra la implementación de las medidas requeridas en este año, seguirá siendo una piedra en el zapato y fuente de volatilidad para los mercados. Si ese es el caso y Grecia no se alinea a las leyes de mercado, pienso que en algún momento tendrá que salir definitivamente de la zona Euro. Alemania hizo lo que tenía que hacer, la rigidez que mostró en el proceso fue necesaria, pues en todo esto surge una suerte de riesgo moral. Es decir, yo me porto mal porque sé que me van a perdonar, gasto todo lo que quiero de manera irresponsable y sin control porque sé que al final me van a tirar el salvavidas. Entonces había que transmitir un mensaje fuerte y claro en el sentido que si no se siguen las reglas del mercado, ello en algún momento les pasa la factura.
Como yo lo veo, si Grecia no está dispuestos a jugar con las reglas del grupo entonces tendrá que irse. Pero también pienso que este no era el momento pues su salida habría puesto en riesgo la todavía frágil recuperación que viene mostrando la zona Euro. Claro, Grecia intento imponer una “posición rebelde” porque sabe que los costos de su irresponsabilidad no los asumirían solos. Ellos son los que se portaron mal, pero los costos los tendrían que asumir también los otros países de la región, entonces estaban confiados en que no los dejarían caer. Ese incentivo perverso para portarse mal es precisamente la fuente de riesgo moral. De hecho muchos considerábamos este escenario y esperábamos que se llegue a un acuerdo, aunque debo confesar que yo esperaba que este acuerdo se dé antes, y se evite tanta volatilidad como la observada en las últimas semanas. La verdad, no contaba con su astucia.
En fin, el acuerdo ha ganado tiempo para la región. Lo cierto es que ahora mismo las cosas son muy distintas al 2009, cuando la deuda griega estaba mayormente en manos de inversionistas privados de la región. Ahora ya muy poco de la deuda griega está en manos privadas, pienso que el contagio sería limitado y muy focalizado. Más adelante, con la economía del bloque más asentada tal vez Grecia no tenga tanta suerte. Qué pena, pero si tienen que caer, caerán. Como verán yo soy un Darwiniano radical.
A pesar de estos eventos y muy aparte de Grecia, nosotros seguimos pensando que los fundamentos en Europa van bien. Los indicadores económicos siguen mostrando mejorías; la tasa de desempleo, aunque lentamente, sigue disminuyendo; la confianza también ha mejorado y por ende las perspectivas de consumo también mejoran. En virtud a ello seguimos ponderando la región, sin embargo no perdemos de vista el hecho que Grecia seguirá siendo fuente de volatilidad, como también lo seguirá siendo China y el timing de la política monetaria en EEUU.