¿…y cómo es?
Durante los dos primeros meses del año el S&P500 nuevamente ha registrado máximos, alcanzando en poco tiempo los rendimientos que el consenso de analistas esperaba para todo el año, negociando con un PER FWD cercado a 18x, superior a sus promedios históricos. Mientras tanto en Europa el EUROSTOXX 50, aunque con un rendimiento más modesto, también ha seguido una tendencia positiva. Tras este comportamiento, y dado lo que se nos viene, que podemos esperar para los próximos meses en los mercados financieros.
Para poder responder esa pregunta, revisemos los fundamentos globales. En EEUU, los indicadores de sentimiento y confianza se mantienen optimistas de la mano de un mercado laboral que en los dos primeros meses del año ha agregado más de medio millón de empleos. Esto ha contribuido a sostener y consolidar la demanda de consumo, a lo que se ha sumado la recuperación del gasto empresarial. En conjunto las expectativas que generan las políticas propuestas durante la campaña por el presidente Trump estarían dándole soporte a estas expectativas positivas, lo que a su vez se ha reflejado en los precios de las acciones en la Bolsa de Nueva York. Sin embargo, deberíamos incorporar en nuestro escenario la factibilidad y la temporalidad en la ejecución de esas políticas. Pensamos que ello sería un factor que en los próximos meses podría representar un ajuste en los precios de los activos. La Reserva Federal por su parte ha dado señales de asumir una posición anticipativa al efecto que sobre la inflación tendrían las políticas de mayor gasto y recorte de impuestos que propone la administración Trump. En este sentido estaríamos muy cercanos a un nuevo incremento de la tasa de referencia. De hecho el mercado asigna una probabilidad cercana al 100% a que esto se produzca en la reunión del Comité de Mercados Abiertos de esta semana. En el corto plazo, esto evidentemente genera volatilidad, sin embargo pienso que el mercado asimilará tal medida en el entendido que si la FED está decretando un nuevo incremento a su tasa referencial, lo hace porque considera que la economía está en condiciones de soportar dicha medida, y los riesgos de un retroceso del ciclo económico son menores, lo cual sería una buena noticia.
En este sentido, no creemos que se dé un cambio que conduzca a una reversión de la tendencia actual. Pero si consideramos que el escenario más probable para el S&P500 en los próximos meses sería un desplazamiento lateral, con nuevos máximos, que de presentarse no irían muy por encima de los ya registrados. Si consideramos que sectorialmente hay oportunidades que se podrían aprovechar. Específicamente me refiero a los sectores de demanda relacionados a consumo que pienso tienen soporte para subir, como lo son consumo discrecional, consumo básico, también vemos bien el sector financiero. Sin embargo, no olviden que este es un negocio de “timing”. No se trata simplemente de comprar, hay que esperar el momento adecuado para tomar las posiciones. Les recuerdo que el mercado viene haciendo máximos, lo cual nos pone frente a la posibilidad de una corrección.
En la zona Euro estamos un poco más cautos. A pesar que los indicadores económicos mejoraron el año pasado, con un crecimiento en el 4° trimestre de 2016 de 0.5% liderado por España y Alemania, hecho que consideramos ha contribuido a mejorar los indicadores de confianza, hay otros países como Italia que todavía no lograron consolidar su actividad económica. El sistema bancario de este país además sigue representando un factor de riesgo para la región, y a ello debemos sumarle la agenda política del bloque europeo para este año. Ya en este mes debería empezar las negociaciones de Reino Unido para salir de la Unión Europea, luego las elecciones en Francia en el mes de abril con un resultado todavía incierto, donde la candidata Le Pen ganaría en primera vuelta, pero no lograría sostener su vigencia en la segunda vuelta. Finalmente elecciones en Alemania en el mes de septiembre. El consenso del mercado considera que el Banco Central Europeo no haría cambios en la política monetaria hasta después de las elecciones de Alemania. Esto a pesar del repunte de la inflación del mes de enero, pues dicho indicador habría sido afectado por factores de oferta de carácter temporal, mientras que la inflación subyacente se mantuvo relativamente estable.
Para terminar esta rápida revisión del contexto global, China creció 6.7% en 2016 (dentro del rango meta esperado entre 6.5%-7.0%). Se observa crecimiento del componente de demanda doméstica en línea con el proceso de cambio de su modelo de crecimiento. Para el 2017 se ha anunciado un crecimiento esperado de 6.5%. Sin embargo, si llegaran a materializarse las políticas proteccionistas de la administración Trump, ellas representan un riesgo para la economía China dada la importancia que tiene en el empleo la manufactura orientada a las exportaciones.
Por todo lo expuesto, nos mantenemos positivos para la renta variable en EEUU, cautos para la renta variable en Europa y en los mercados emergentes, por la volatilidad y riesgo que vemos en esos mercados. Con relación a los commodities mineros, el cobre podría tener un mejor performance de la mano de una economía China un tanto más estable. En el corto plazo la huelga en la mina La Escondida en Chile, cuya solución no se vislumbra en un futuro cercano, y cuya producción representa algo más del 5% de la oferta mundial de este metal, deberá sentirse en algún momento en el precio del commoditie que por ahora estaría presionado por las expectativas de una suba de tasas por parte de la FED. De la misma forma, el oro tendría como catalizador al efecto FED, la volatilidad que la agenda política europea podría generar.
Creo que tenemos los argumentos de base para armar nuestros portafolios de renta variable global para los próximos meses. Éxitos en sus inversiones.