Todo en la vida tiene su momento…
De la misma forma que desde el punto de vista psicológico las personas pasan por distintas etapas de la vida, las mismas que definen su comportamiento, la forma en que perciben la realidad y por supuesto las necesidades que deben cubrir, desde el punto de vista de las Finanzas Personales también se definen etapas en la vida financiera de las personas, cada una de ellas tiene sus características, y en cada una de ellas corresponde completar una tarea.
Son tres las etapas financieras que identificamos en la persona a lo largo de su vida, y se las describo a continuación. La primera corre en promedio hasta los 23 ó 24 años y la llamamos “Etapa de crecimiento y educación”. Se podría decir que en esta etapa nos preparamos para la vida, pues desarrollamos lo que bajo el enfoque de Finanzas Personales llamamos “Capital Humano”, es decir el conjunto de habilidades, destrezas y conocimientos profesionales y/o técnicos que, en la segunda etapa de nuestra vida financiera, la etapa de “Trabajo y acumulación”, nos permitirá generar una renta a partir de nuestro trabajo, ya sea este dependiente o independiente.
La etapa de Trabajo y Acumulación está comprendida aproximadamente desde los 24 ó 25 años hasta los 65 años, que es cuando usualmente nos retiramos o jubilamos. En esta etapa nos casamos, formamos una familia y corresponde definir nuestros objetivos personales y familiares. Con los objetivos establecidos, es decir, teniendo claro qué es lo que queremos en la vida para nosotros y nuestra familia, debemos estructurar el plan de ahorro-inversión que haga realidad esos objetivos.
En este punto es preciso dejar claro que no debemos esperar llegar a los 50 años para empezar a preocuparnos por nuestro retiro, el cual es usualmente uno de los objetivos que deberíamos trabajar. Si queremos disfrutar de una vejez digna y sin preocupaciones económicas, debemos estructurar nuestro plan de retiro apenas empezamos la etapa de Trabajo y Acumulación. Muchos dirán, “No… yo quiero disfrutar el presente, además para eso me descuenta la AFP”. Bueno, déjenme aclararles dos cosas. Primero, dependiendo de qué es lo que desean ustedes para su retiro, el Fondo Previsional muy probablemente no será suficiente; segundo, hacer un plan financiero no quiere decir que tendremos que renunciar a vivir el presente. Pero si significa que debemos ordenarnos, presupuestar y gastar responsablemente, de tal forma que podamos ahorrar e invertir para disfrutar en el futuro.
Queda claro pues que es en esta segunda etapa que debemos estructurar nuestro Plan Financiero, parte del cual efectivamente consiste en estructurar nuestras inversiones según los objetivos personales/familiares en el tiempo. Pero también es importante trabajar en la otra parte del plan financiero, que consiste en estructurar el plan de coberturas que provean de estabilidad al Plan Financiero. No perdamos de vista que la parte más importante de nuestra riqueza es ese capital humano que nos permite generar renta y acumular riqueza financiera en el tiempo. El plan financiero no existe sin nuestro concurso, y cualquier evento o contingencia (accidente, enfermedad, invalidez, o incluso la muerte) que interrumpa la continuidad o limite nuestra capacidad para generar ingresos (renta) desestabilizará nuestro plan financiero, poniendo en grave riesgo el logro de nuestros objetivos. No contar con un plan de coberturas significa que, ante la ocurrencia de cualquier contingencia no deseada, tendremos que “desinvertir” o endeudarnos para enfrentar los “gastos extraordinarios” que usualmente vienen como consecuencia de estos eventos.
Finalmente está la etapa de “Retiro Laboral”. En esta etapa se supone debemos disfrutar de la renta que genera el patrimonio o riqueza acumulado durante la etapa de Trabajo y Acumulación para este fin u objetivo. Puede resultarnos extraño de comprender, pero el gran riesgo que enfrentamos en esta etapa sería vivir “más de lo esperado”, o dicho de otra forma, que el patrimonio acumulado no sea suficiente para financiar nuestra vejez.
Estas son las etapas financieras en la vida de toda persona, y aunque acá solamente nos hemos referido a un objetivo (plan de retiro), tengamos presente que en la práctica nuestros objetivos serán variados, y cada uno de ellos tendrá un plazo de realización. Por ende, nuestro plan de inversiones deberá considerarlos todos ellos para su estructuración. Lo peor que podemos hacer es dejar que el azar, o cómo dicen por ahí, “el destino” decida nuestro futuro. El futuro que a cada uno de nosotros nos tocará vivir, será el resultado de las decisiones que cada uno de nosotros toma en el presente, no hay mas.