¿Corrección o cambio de tendencia?
El potencial impacto para las empresas de EEUU de una guerra comercial entre EEEUU y China han incrementado la volatilidad de la Bolsa de Nueva York. El S&P500 ha retrocedido 9.34% desde sus máximos en enero, y el indicador de volatilidad VIX del último mes alcanza un promedio de 19.39, superior al promedio de los últimos 12 meses (12.60) y de los últimos 5 años (14.61). Pero mas allá de la volatilidad observada, que en el corto plazo tiende a exacerbarse con escenarios como este, para la estrategia de inversiones cabe preguntarse si lo que estamos viendo sigue siendo una corrección, o tal vez estamos a puertas de lo que sería un cambio a la tendencia alcista que inició en 2009 (nueve años de ciclo alcista).
Utilizando el enfoque de la Escuela Técnica, aparentemente el S&P500 todavía no ha confirmado un cambio de tendencia, y lo que tenemos hasta ahora todavía puede llamarse “corrección”. Sólo para aclarar el punto, recordemos que bajo este enfoque un mercado alcista se caracteriza por presentar una secuencia de techos (máximos) crecientes a lo largo de la dinámica de avances y retrocesos que caracteriza el movimiento de los precios (movimiento en serrucho le dicen). Un cambio de tendencia necesita una interrupción de tal secuencia. En tal sentido describamos la ruta que ha seguido el índice en cuestión. Tras su último máximo de 2,872.87 alcanzado el 26.01.18, el índice retrocedió (corrigió) hasta un mínimo de 2,532.69 el 09.02.18. Tras este mínimo se esperaba en el siguiente movimiento un nuevo máximo, superior al observado en enero, lo cual no se dio. El índice solamente alcanzó 2,789.15 puntos, a esto se le llama “fallo del mercado”. Sin embargo, a pesar de esta aparente interrupción a la secuencia de techos o máximos crecientes, todavía no es posible afirmar que el mercado ha cambiado de tendencia. Para confirmar el cambio de tendencia, es preciso que el índice luego de hacer el “Fallo”, caiga por debajo del último mínimo, es decir, debajo de los 2,532.69 puntos registrados en febrero. Actualmente el índice estas desarrollando un movimiento lateral de corto plazo oscilando entre los 2,580 y los 2,665 puntos. Digamos pues que el mercado está “coqueteando” con un cambio de tendencia, pero aún no lo ha confirmado. En Análisis Técnico, los patrones o pautas gráficas pueden invalidarse o negarse, por lo que hasta que no se confirme lo contrario, seguimos en una Tendencia Alcista.
Pero antes de caer en el simplismo de aceptar el primer y más cómodo argumento en favor de la continuación de la tendencia para el S&P500, reflexionemos un poco. En psicología de inversión la tendencia a interpretar los hechos de tal forma que se adapten a lo que nos gustaría que sea, algo que normalmente viene acompañado de la búsqueda selectiva de información que respalde nuestras decisiones se llama “sesgo de confirmación”. En pocas palabras y sin tanto tecnicismo, este sesgo se da cuando “buscamos escuchar lo que queremos escuchar”.
Este tipo de trampas psicológicas nos hace perder objetividad. Cuando se manejan inversiones este tipo de errores cuestan caro. Para evitarlos ayuda mucho hacer el análisis desde distintos enfoques. Hay que salir de nuestra zona de confort y cuestionarnos la validez de los argumentos. En tal sentido, además del análisis técnico, me gustaría analizar otros indicadores a ver que nos dicen.
Un indicador dentro del Análisis Fundamental que nos permite valuar cuantas veces se está pagando por las utilidades de una empresa al comprar sus acciones es el PER (Price Earning Ratio). Un poco de teoría para entender el ratio. Un PER alto significaría que el precio de la acción está sobrevalorado o caro, lo cual haría poco probable que su cotización continúe subiendo. Por su parte un PER bajo indicaría que el precio de la acción está subvalorado y que su cotización podría incrementarse. El PER es un indicador que debe utilizarse de manera conjunta, es decir, se analiza comparativamente con los PER’s de activos similares (por ejemplo, de otras acciones del mismo sector) o con el PER histórico, el ratio por sí sólo no nos dice mucho. Nosotros tomaremos el PER histórico del S&P500 como una referencia del valor promedio que el mercado asigna a las utilidades de las empresas contenidas en el índice. Pues bien, históricamente el PER promedio del S&P500 esta alrededor de 15.70x, mientras que al cierre del 06.04.18 el PER del índice se ubica en 24.32x. Podríamos decir de la comparación de estos datos que el mercado (NYSE) está caro respecto a sus valores históricos.
Sin embargo, tomar las utilidades de un año en particular para el análisis podría sesgar la interpretación. En tal sentido, se puede introducir una mejora al indicador si tomamos una media de las utilidades de los últimos 10 años ajustados por inflación. Esto da como resultado el CAPE (Ratio Precio-Beneficio ajustado cíclicamente) o Shiller P/E. Históricamente valores altos de este indicador han estado asociados a picos del mercado. Alternativamente, valores altos del indicador sirven como un predictor de bajos rendimientos esperados en el mercado, mientras que valores bajos del ratio, anticiparían rendimientos esperados altos en el mercado.
El CAPE del S&P500 al cierre del 06.04.18 se ubica en 31.34x y su valor promedio histórico es 16.84x. Nuevamente la interpretación que podemos extraer del análisis de este ratio nos indica un estado de relativa sobrevaloración para el S&P500.
Aceptando la hipótesis de reversión a la media que caracteriza a las variables o indicadores financieros, la normalización de ambos ratios (PER y CAPE o Shiller P/E) requeriría en el corto plazo un ajuste significativo de S&P500. La alternativa a este ajuste por otro lado requeriría un incremento sostenido de las utilidades de las empresas, lo cual es posible bajo un escenario como el actual, caracterizado por un mercado laboral robusto como soporte de la demanda de consumo e impulsor de la demanda interna. Sin embargo, la intensificación de una guerra comercial EEUU-China es un factor de riesgo para este objetivo.
Aún cuando en nuestra estrategia hemos venido sobre ponderando acciones en mercados desarrollados, entre ellos EEUU, pues vemos difícil en el corto plazo un cambio de tendencia, no descartemos dicho cambio en el mediano plazo. Vale la pena estar atentos a las señales del mercado, no hacerles caso sería un grave error.