Transforma la gestión de sostenibilidad con los derechos humanos.
El concepto de derechos humanos es sencillo: todas las personas tienen derecho a vivir una vida digna y a ser tratadas con igualdad. Es un concepto universal, razón por la cual el 92% de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aceptados de manera unánime por todos los países, se relacionan con la protección y respeto a la dignidad humana. Hoy podemos afirmar que no existe la sostenibilidad sin un enfoque de derechos humanos, con la misma certeza con la cual afirmamos que no existe sostenibilidad sin la acción climática.
Si bien hay algunos derechos que ya se han incorporado en la mayoría de las empresas – por ejemplo el derecho a la propiedad, a la seguridad, al ocio y a la educación - los derechos humanos son indivisibles, interdependientes e interrelacionados. Por lo tanto, no basta con solamente respetar algunos. Es en este punto donde las empresas pueden aprovechar la oportunidad para elevar su gestión de sostenibilidad y evitar los altos costos de la falta de acción.
¿Qué señal puede dar un líder a sus colaboradores, a sus clientes, al mercado, cuando asume una posición pasiva en materia de derechos humanos? La falta de acción en materia de derechos humanos se puede convertir en el riesgo no evaluado más grande para una empresa. Los riesgos para las personas terminan siendo riesgos para las empresas, manifestándose en pérdida de oportunidades e inversiones, altas tasas de rotación, daño reputacional e inclusive en disrupciones operativas.
Adicionalmente, en este contexto de convulsión social, las empresas se enfrentan a expectativas cada vez mayores de apoyo a los derechos humanos y las libertades cívicas como parte de su gestión en materia de sostenibilidad. Si la empresa no es el Estado, ¿por qué debe de atender las expectativas de la sociedad? Porque las empresas, además de tener una responsabilidad de proteger los derechos humanos, tienen un alto potencial para crear impacto positivo. Con una política, con un proceso, con una decisión informada, un líder empresarial puede desencadenar una ola de beneficios, puede generar el cambio positivo en sus colaboradores, en su cadena de valor y en la sociedad.
¿Cómo pueden los y las CEO integrar los derechos humanos en las iniciativas de sostenibilidad empresarial para lograr un futuro más equitativo y justo?
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Escuchar y aprender: Para poder tomar decisiones informadas, hay que saber de qué estamos hablando. Accede aquí a un curso virtual de tan solo 2 horas y a un navegador virtual organizado por tema. Luego escucha, de manera activa, a diferentes personas dentro y fuera de la empresa para comprender cómo se traducen los derechos humanos (o falta de) en la vida diaria de las personas.
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Establecer políticas: Para prevenir impactos negativos y responder de manera adecuada a cada situación se debe establecer políticas y procesos, formalizando el compromiso e institucionalizando la práctica. Accede a esta guía sobre cómo armar una política, aquí.
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Iniciar un proceso de debida diligencia: La debida diligencia es un enfoque de gestión de riesgos que mira no solo las operaciones de la empresa, sino también la cadena de valor. Se enfoca en los riesgos a las personas, que a su vez se traducen en riesgos empresariales. Este proceso, ya obligatorio en muchos países y solicitado por inversionistas a nivel mundial, busca identificar, tomar acción, hacer seguimiento y comunicar los impactos, tal como está previsto en los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos.
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Evitar el socialwashing: Similar al greenwashing ambiental, el socialwashing es una práctica que todo CEO y empresa debería de evitar en materia social. Cuando hablamos de derechos humanos no existen compensaciones u offsets. Ninguna acción positiva o beneficiosa cancela o reduce la responsabilidad de respetar. Es así cómo la importancia de comunicar, de manera auténtica y transparente, con ejemplos concretos de gestión, es esencial para la efectividad de la sostenibilidad.
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Usar su voz: Todo CEO comprende que las empresas operan en un espacio compartido, por lo cual, el reto de usar su voz es esencial para proteger y avanzar ese espacio. Emitir un pronunciamiento público, utilizar las plataformas para hacer conocer problemáticas y sensibilizar, crear alianzas para avanzar la política pública o inspirar a otras personas a no hacer daño y hacer el bien; es responsabilidad de cualquier líder que aboga por la sostenibilidad.