Acción climática 2.0: transición justa
Las probabilidades de que al menos uno de los próximos 5 años alcance temporalmente el umbral de 1,5 °C del Acuerdo De París han aumentado a 50:50. En 2015 la probabilidad era cero. Esto ha aumentado el costo de la inacción, por ejemplo, en el 2022 las pérdidas económicas de desastres climáticos llegaron a $175 mil millones, el costo más alto registrado desde que la OMM empezó a hacer su medición en 1980.
En este contexto, medir la huella de carbono no es suficiente para demostrar la acción climática de una empresa. Si bien es un paso esencial para poder tomar medidas, las empresas líderes a nivel mundial están incorporando el concepto de “transición justa” a su enfoque ambiental.
Este concepto se presenta como un proceso que garantiza que la transición hacia una economía de cero emisiones netas sea justa y equitativa, dejando a nadie atrás. Incluye medidas para proteger los derechos de los trabajadores, ofrece oportunidades de reskilling en nuevas tecnologías, y apoya a las comunidades más afectadas por la transición. Es un concepto que comprende la interconexión de todos los aspectos de la sostenibilidad: un enfoque de personas aplicado a la gestión ambiental.
Las empresas desempeñan un papel crucial en el apoyo a una transición justa, como medida para aprovechar las oportunidades y mitigar sus riesgos patrimoniales, reputacionales y operativos. Existen diversas acciones que pueden emprender para contribuir a este proceso:
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Reducir las emisiones de carbono: Las empresas pueden implementar medidas para disminuir su huella de carbono, considerando un objetivo de cero emisiones netas o “Net Zero” basado en la ciencia (SBTi), y adoptar prácticas de eficiencia energética, promoviendo la energía renovable, la movilidad sostenible y apostando por procesos productivos más limpios.
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Mejorar las prácticas laborales: Fomentar condiciones de trabajo justas, seguras y equitativas es parte integral de una transición justa. Proporcionar salarios dignos, promover la diversidad y no-discriminación y garantizar el respeto a los derechos laborales son acciones clave en este sentido, con enfoque en el upskilling y reskilling para preparar a la fuerza laboral para los cambios.
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Trabajar con las comunidades locales: Las empresas pueden contribuir al desarrollo de las comunidades en las que operan, generando empleo local, impulsando programas de adaptación y participando activamente en acciones colectivas para mejorar la comunidad donde operan, haciéndola más resiliente a los efectos del cambio climático.
La transición justa no solo es un imperativo ético, sino también un imperativo empresarial. Las empresas tienen la responsabilidad y la oportunidad de liderar este proceso hacia un futuro más sostenible y equitativo para todos. Al invertir en energías renovables, reducir las emisiones de carbono, mejorar las prácticas laborales y apoyar a las comunidades locales, las empresas pueden desempeñar un papel crucial en la construcción de un mundo más resiliente y justo. ¡El momento de actuar es ahora!