El nuevo rol del hombre del siglo 21 en los tiempos de empoderamiento femenino: La nueva Masculinidad.
Las mujeres por nuestra cuenta, no podemos conseguir todos los profundos cambios sociales, económicos y políticos que requiere la construcción de un mundo más justo y equitativo. Para lograr ello, se necesita la participación activa de los hombres en la lucha feminista, ya sea dentro de la organización como miembros activos o como agentes de cambio externo que apoyen a la causa, con el único objetivo de un mundo mejor, más justo y en equidad de género.
“La igualdad de género también es problema de ustedes”, refiriéndose al público masculino, dijo la actriz y activista feminista Emma Watson, como Embajadora de Buena Voluntad de la ONU Mujeres en un evento especial de la campaña <HeforShe>, que en español significa “Elporella”, en la sede de las Naciones Unidad, New York, el 20 de septiembre del 2014.
En efecto, <HeForShe> es una campaña que nació en las Naciones Unidas con el fin de mover a todos los hombres y jóvenes como target principal para que se conviertan en los defensores de la equidad de género. La campaña busca trascender en el tiempo y más que una <campaña de momento>, exige el involucramiento de todos los hombres posibles para que la equidad de género realmente funcione y no sólo quede en teoría. Hay muchas cosas que faltan por hacer para que realmente se sienta la equidad de género, sin embargo no podemos solas, ésta causa tiene que ser de todos, como sociedad.
El Primer paso para la equidad de género, es entender los conceptos apropiadamente y de la manera correcta, por esa razón es que creo fundamental explicar que significa cada concepto clave que involucra la equidad de género, empezando por el género.
¿A qué le llamamos Género?
Para Gerda Lerner: “Es la definición cultural del comportamiento asignado como apropiado para cada uno de los sexos en una sociedad determinada. El género es un conjunto de roles culturales. Es un disfraz, una máscara con la que hombres y mujeres bailan su desigual danza”.
Cuando hablamos de género, entonces hablamos de un concepto que engloba comportamientos, roles y funciones por el sexo, a través de procesos sociales, en su mayoría por ideologías o instituciones patriarcales.
¿A qué llamamos Patriarcado?
Es un orden culturalmente establecido, que le da poder, reconocimiento, privilegios y beneficios únicamente a los hombres, dejando de lado a la mujer, en una palabra, discriminándola. Por otro lado, el sistema patriarcal, no sólo afecta a las mujeres, sino también, aunque en menor medida e intensidad a los hombres, ya muchos de ellos, no se identifican con el modelo estereotipado y cerrado sobre las expectativas que recaen en su supuesta < masculinidad > de alfa macho, basado en los valores de poder, fuerza, valentía, atrevimiento, exigencia, competencia, rivalidad e imposición. Sin duda, un modelo en el que lo afectivo-emocional está devaluado y donde lo político-social sobredimensionado.
A continuación, mostramos la percepción del Patriarcado en torno a la Mujer.
Las Mujeres en el Patriarcado:
1- Carecen de autonomía económica: Para las mujeres se reservan los puestos de «bajo perfil» o de «perfil asistencial»
2- Tienen expectativas más bajas en el mundo laboral al entenderse que son ellas las que deben asumir el cuidado de hijos e hijas y del hogar.
3- Quedan fuera (o son minoría) de los altos cargos y de toma de decisiones, tanto en empresas privadas como en instituciones públicas.
4- Sufren violencia tanto dentro como fuera del espacio doméstico (violaciones, ablaciones, asesinatos, trata, acoso…).
5- Son moldeadas bajo un patrón cultural impregnado de valores tales como: sensibilidad, ternura, belleza, debilidad, pasividad… lo que les lleva a crear relaciones de dependencia y sumisión hacia el hombre.
El sistema patriarcal asegura la transmisión de este orden desigual de generación en generación a través de usos, costumbres, tradiciones, normas familiares, prejuicios y hábitos sociales que aprendemos a través de un sutil pero eficaz proceso de socialización. Esta situación hace que las mujeres se movilicen contra éste gran opresor que es el patriarcado, a través de una lucha por la equidad. En este contexto reivindicativo se reconoce el papel primordial y necesario del hombre como compañero de lucha, cuyo papel activo consiste en asumir y propagar un discurso que llegue al corazón de otros hombres.
Es en éste punto, es donde nos encontramos con nuevos hombres con otro tipo de pensamiento, lejos del <macho alfa> , descubrimos un hombre que simplemente ya no se siente identificado con el viejo patrón del “know how” antiguo, porque se ha dado cuenta que algo está cambiando y él no se quiere quedar atrás, porque sabe además que lo único constante es el cambio; éste tipo de mentalidad da como resultad a la necesidad de la construcción de nuevas masculinidades que buscan transformar y cambiar la sociedad a favor de hombres y mujeres en equidad.
LA NUEVA ERA, LA NUEVA MASCULINIDAD
Hace 50 años, la imagen colectiva de los hombres era bastante clara: Hombre trabajador, padre fuerte y disciplinado, poco involucrado en la familia. El modelo de masculinidad tradicional, impone a los hombres una forma estereotipada de ser y estar en el mundo, producto de un sistema y una sociedad sexista, que produce no solamente discriminación y opresión a las mujeres, sino también problemas de género en los hombres.
Es por eso, la importancia de la adaptación y adoptación de la nueva masculinidad para lograr realmente un cambio sostenible en el tiempo. Es así que el papel de los hombres en la lucha feminista ese vuelve vital y primordial, ya que sin su colaboración es del todo imposible alcanzar la meta de un mundo equitativo. El papel responsable que se espera de los hombres en este sentido es el de comprometerse de manera activa, rompiendo con el modelo tradicional masculino, construyendo nuevos valores y referentes de masculinidad positivos, tolerantes, respetuosos y equitativos.
Un claro ejemplo hacia la nueva visión o paradigma de lo que se espera de la nueva masculinidad es cuando una pareja planifica un embarazo, o la mujer descubre que está embarazada. Al nacer la o él bebe ¿qué actitud toma el padre? ¿Toma un papel privilegiado de dejar el cuidado de su hija o hijo a la madre? ¿Se excusa afirmando que es quien lleva el dinero a la casa, por lo que no puede desvelarse en el cuidado del bebé ya que debe descansar para poder trabajar al día siguiente? O toma un nuevo rol de masculinidad, buscando la equidad de derechos, apoyando a la mujer en el parto, ambientando el espacio que será de su hijo, se preocupa por su nombre, se preocupa por garantizarle su derecho a la identidad, se preocupa por su cuidado y se reparte equitativamente todas las tareas que trae consigo el acogimiento de un nuevo miembro de la familia, quitando su papel privilegiado que el rol de hombre le ha otorgado por el hecho de serlo, desapareciendo el poder que la cultura le ha consentido, más bien buscando la justicia para su familia.
En este sentido, las expectativas de los hombres como compañeros de lucha, como los nuevos hombres del siglo 21, son las siguientes:
1.- Rechacen todo tipo de violencia que sufren las mujeres
2.- Se posicionen públicamente contra la discriminación histórica que han ejercido los hombres sobre las mujeres.
3.- Apoyen las reivindicaciones de las mujeres a favor de sus derechos personales, laborales, sociales y políticos.
4.- Reconozcan al sistema patriarcal como un sistema opresor que discrimina a las mujeres y favorece únicamente a los hombres.
Ser un Hombre Feminista, no es para cualquiera, es sólo para Valientes
Una encuesta realizada por la empresa global de investigación Ipsos, publicada en 2014, encontró que el 48 por ciento de los hombres de 15 países desarrollados se identifican a sí mismos como “feministas” y el 58 por ciento de los hombres están de acuerdo con la igualdad de género e incluso la promueven en las redes sociales. Ser un hombre del siglo 21 y representar a la nueva masculinidad en carne y hueso no es fácil, especialmente por los prejuicios que se esconden detrás del concepto “feminismo”, término que se ha ido distorsionando en el tiempo, perjudicando un concepto clave para la equidad de género.
Según señala Luis Bonino: Los hombres Feministas “son acusados por otros hombres de promover la cultura del hombre “blando”, emprender cruzadas junto al feminismo contra la masculinidad, promover el culto a la emoción e impulsar el fracaso masculino”
Es aquí donde me toca explicar lo que conlleva realmente el término o concepto “feminista”
¿Qué es el feminismo?
“Cuanto más he hablado sobre el feminismo, tanto más me he dado cuenta de que la lucha por los derechos de las mujeres se ha vuelto con demasiada frecuencia un sinónimo de odiar a los hombres. Si hay algo de lo que estoy segura es que esto no puede seguir así“ Emma Watson
De acuerdo a Castells se entiende por feminismo a aquellas personas y grupos, que reflexionen y actúen orientados a acabar con la subordinación, desigualdad, y opresión de las mujeres y lograr, por tanto, su emancipación y la construcción de una sociedad en que ya no tengan cabida las discriminaciones por razón de sexo y género.
Alda Facio va más allá, y define al feminismo como:
“Un movimiento social y político, ideológico y teórico, que parte de la toma de conciencia de las mujeres como colectivo humano subordinado, discriminado y oprimido por el colectivo de hombres en el patriarcado, para luchar por la liberación de nuestro sexo y nuestro género. El feminismo no se circunscribe a luchar por los derechos de las mujeres sino a cuestionar profundamente y desde una perspectiva nueva, todas las estructuras de poder, incluyendo, pero no reducidas a, las de género”.
Debemos de entender que el Feminismo no es lo contrario al machismo. El Feminismo no busca la superioridad de la mujer sobre el hombre. A continuación, la definición de machismo es:
1.- Machismo: Actitud o manera de pensar de quien sostiene que el hombre es por naturaleza superior a la mujer.
Y el de feminismo es:
2.- Feminismo: Doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres.
Y para dejarlo aún más claro, para un machista, el feminismo es algo que no debería de existir, pues para muchos las mujeres feministas son unas resentidas sociales, que odian a los hombres y las descalifican inclusive cuestionando su sexualidad, por ello es importante hablar de lo que se entiende por feminismo.
MASCULINIDAD HEGEMÓNICA O MACHISMO
El machismo es una expresión derivada de la palabra macho, definido como aquella actitud o manera de pensar de quien sostiene que el varón es por naturaleza superior a la mujer. El machismo es una ideología que engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a promover la negación de la mujer. Para referirse a tal negación del sujeto, existen distintas variantes que dependen del ámbito que se refiera, como por ejemplo:
- Familiares: Estructuras familiares patriarcales, es decir dominación masculina Sexuales: Promoción de la inferioridad de la sexualidad femenina como sujeto pasivo o negación del deseo femenino
- Económicas: Infravaloración de la actividad laboral, trabajadoras de segunda fila
- Legislativas: No representación de la mujer en las leyes y por tanto, no legitimación de su condición de ciudadanas, leyes que no promuevan la protección de la mujer ni sus necesidades.
- Intelectuales: Inferioridad en inteligencia, en capacidad matemática, en capacidad objetiva, en lógica, en análisis y tratada como astucia, maldad, subjetiva, poco coeficiente intelectual.
- Anatómicas: Poca importancia al parto, poco papel en la reproductividad biológica.
- Lingüísticas: No representación de la mujer en el lenguaje.
- Históricas: Ocultación de mujeres importantes dentro de la historia de la humanidad.
- Culturales: Representación de la mujer en los medios de comunicación como un cuerpo haciendo de ella misma un objeto en vez de un ser humano.
- Académicas: Poca importancia a estudios de género, no reconocimiento de la importancia del feminismo.
Es así que lo femenino se ha visto como algo inferior, débil, subordinado y por otro lado, la dureza, exigencia, fuerza, vigor, libertad, poder, valentía, sin necesidad de afecto, competitividad, agresividad, rivalidad e imposición han sido las características para definir a la masculinidad tradicional, la cual poco a poco ha cedido terreno frente a la exigibilidad de los derechos de la mujer.
¿Cuál es el origen de la palabra feminista?
La palabra nació en Francia en el siglo XIX. Durante mucho tiempo, se pensó que la palabra había sido inventada por el filósofo socialista Charles Fourier, sin embargo esto fue un error ya que el término ya se usaba en el campo de la medicina, designado a un trastorno de desarrollo en los varones, que afectaba su “virilidad” y les hacía parecer femeninos. Asimismo, el primero en usar ese término para designar a las mujeres que luchaban por sus derechos fue en realidad el escritor francés Alexandre Dumas hijo, quien se burló del concepto en su libro “El Hombre –Mujer” en 1872, de ésta manera:
“Las feministas, perdón por el neologismo, dicen: todo lo malo viene del hecho de que no se quiere reconocer que la mujer es igual al varón, que hay que darle la misma educación y los mismos derechos que al varón” Alexandre Dumas
Es a partir de ese neologismo, que la palabra se difundió como una manera despreciativa de designar a las mujeres que luchaban por sus derechos. Hasta que en 1882, la sufragista francesa Hubertine Auclert, se apropió de la palabra en el contexto positivo en que se utiliza actualmente definido como la lucha para mejorar la situación de las mujeres.
¿POR QUÉ FEMINISMO Y NO IGUALITARISMO O HUMANISMO?
“¿Si se busca la igualdad por qué no se llama algo así como Igualitarismo?, La palabra Feminismo discrimina a los hombres, porque no los incluye, solo nombra a las Mujeres”
Por comentarios como éste, es que me veo en la obligación de poder aclarar ciertos conceptos y/o términos clave para poder realmente entender qué es el feminismo y cuál es nuestro rol como mujeres para la transformación y el cambio de nuestra sociedad a nivel mundial.
Para entender el porqué del nombre y del movimiento, nos tenemos que remontar a la Revolución Francesa, en donde el pensamiento de la Ilustración proclamaba los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, y en 1789 se aprobó la Declaración de los Derechos del Ciudadano; sin embargo, estos principios hablaban sobre los derechos personales y colectivos de los hombres únicamente. Es por esa razón que las mujeres lucharon para conquistar sus derechos, comenzando por el sufragio femenino y los derechos laborales hasta llegar al derecho a la educación, los derechos reproductivos y el cuestionamiento de los roles género o la heteronormatividad. El Feminismo no se puede llamar igualitarismo porque no busca que todo sea igual, o que la mujer se adapte a las normas y reglas masculinas de la sociedad, sino que cada uno tenga sus propios derechos y libertades según sus características. El feminismo no se llama humanismo ni igualitarismo porque simplemente son conceptos diferentes:
1.- El humanismo es una rama de la filosofía y la ética que aboga por la igualdad, la tolerancia y la laicidad. El humanismo reconoce que los seres humanos no «necesitan» de la religión para desarrollar sistemas morales o establecer un comportamiento moral. Muchos humanistas eran también grandes misóginos y su concepción de la igualdad se limitaba a la igualdad entre los varones.
2.- El Igualitarismo es una forma de filosofía política que defiende que todos los seres humanos son iguales en esencia y por lo tanto tienen el mismo derecho a iguales recursos como los alimentos, la vivienda, el respeto, el estatus social. Puedes facilitar a todo el mundo los mismos elementos y perpetuar la desigualdad y/o la inequidad. El igualitarismo, aun siendo un concepto ético fundamental, no tiene generalmente en cuenta las desigualdades
Para entender el porqué del nombre y del movimiento, la periodista Joanna Gutierrez nos remonta a la Revolución Francesa, en donde el pensamiento de la Ilustración proclamaba los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, y en 1789 se aprobó la Declaración de los Derechos del Ciudadano; sin embargo, estos principios hablaban sobre los derechos personales y colectivos de los hombres únicamente. Es por esa razón que las mujeres lucharon para conquistar sus derechos, comenzando por el sufragio femenino y los derechos laborales hasta llegar al derecho a la educación, los derechos reproductivos y el cuestionamiento de los roles género o la heteronormatividad. El Feminismo no se puede llamar igualitarismo porque no busca que todo sea igual, o que la mujer se adapte a las normas y reglas masculinas de la sociedad, sino que cada uno tenga sus propios derechos y libertades según sus características. El feminismo no se llama humanismo ni igualitarismo porque simplemente son conceptos diferentes:
1.- El humanismo es una rama de la filosofía y la ética que aboga por la igualdad, la tolerancia y la laicidad. El humanismo reconoce que los seres humanos no «necesitan» de la religión para desarrollar sistemas morales o establecer un comportamiento moral. Muchos humanistas eran también grandes misóginos y su concepción de la igualdad se limitaba a la igualdad entre los varones.
2.- El Igualitarismo es una forma de filosofía política que defiende que todos los seres humanos son iguales en esencia y por lo tanto tienen el mismo derecho a iguales recursos como los alimentos, la vivienda, el respeto, el estatus social. Puedes facilitar a todo el mundo los mismos elementos y perpetuar la desigualdad y/o la inequidad. El igualitarismo, aun siendo un concepto ético fundamental, no tiene generalmente en cuenta las desigualdades a través de una perspectiva interseccional.
Empezaremos por desarrollar el concepto <Igualdad>:
1.- Igualdad: Principio que reconoce la equiparación de todos los ciudadanos en derechos y obligaciones.
Bien, como vemos, igualdad es equiparación, por lo tanto el igualitarismo pediría la semejanza y equivalencia de derechos y obligaciones en todas las situaciones de la vida. El problema y la genialidad de género, es que no somos iguales. No tenemos ni las mismas características físicas biológicas, ni las mismas necesidades o incluso “las ganas” de ser igual que los hombres.
2.- Equidad: Cualidad que consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o condiciones.
Entonces podemos decir que el feminismo busca la equidad, es decir, según las características de cada persona, que tenga sus derechos sin que esto sea el menoscabo de otra persona. Asimismo, el término “feminismo” no busca excluir, rechazando al hombre ni mucho menos. Simplemente, visibiliza a todas las mujeres que han venido luchando por la equidad de género desde hace mucho tiempo atrás. Hombres y Mujeres somos completamente diferentes y ¡que vivan las diferencias!, sin embargo, necesitamos la equidad de género como objetivo para poder tener igualdad en derechos.
SOY FEMINISTA Y AMO A LOS HOMBRES
La idea que los hombres y las mujeres podían tener iguales derechos fue difícil de aceptar, y su aceptación no fue de la noche a la mañana, ni por arte de magia y mucho menos por la cesión o la voluntad de los hombres, sino más bien por la lucha de mujeres valientes para hacer desaparecer el patriarcado, consiguiendo disminuir la influencia de éste en algunas estructuras políticas, sociales y económicas, mujeres que rompieron esquemas y se aventuraron a exigir lo que les corresponde, y que ha sido tomado dictatorialmente por el hombre durante mucho tiempo.
Es por ello que a pesar de los falsos prejuicios en contra del término, yo soy y me reivindico como “feminista” con orgullo y a mucha honra, que lejos de ser una “guachafería”, es una manera de honrar también a todas aquellas mujeres que me precedieron, lucharon, se manifestaron, siendo reprimidas, encarceladas, tildadas de locas, machonas, amargadas que sufrieron y que también murieron para que las mujeres en general tengamos los mismos derechos que los hombres. Es gracias a todas esas mujeres que hoy en día soy una ciudadana que goza de casi los mismos derechos que los hombres, es por esa razón que debemos tener cuidado al referirnos al feminismo despectivamente, pues éste movimiento ha significado para su reconocimiento, mucha sangre, lágrimas, castigos, incluso muerte de mujeres que buscaron trasformar la sociedad en la que ahora vivimos.
El feminismo entonces, no es un movimiento exclusivo de mujeres pero sí creado por ellas para llegar a la equidad de derechos. Dejar de tenerle miedo a la palabra “feminismo” es un primer paso para conseguir una verdadera revolución social, económica y política en torno al empoderamiento femenino en nuestra sociedad. Una vez entendido y comprendido que el término <feminismo> no supone ninguna amenaza a la virilidad masculina, el segundo paso sería el de tomar acción y unirte a la lucha por una sociedad más justa.
El feminismo no es acerca de que los hombres pierdan
“El feminismo es, sin duda, acerca de que las mujeres ganen. Pero no se trata de que los hombres pierdan. La igualdad de género significa que las mujeres que amamos —nuestras esposas, hijas, hermanas y amigas— tendrán las mismas oportunidades que nosotros. Esto significa que nuestros gobiernos, las empresas, los sindicatos y las instituciones religiosas reflejen mejor nuestra sociedad. Y también significará que los hombres serán liberados de las definiciones estrechas de la virilidad que nos mantienen atrapados”
Michael Kaufman Autor de La guía del hombre hacia el feminismo
Sobre la equidad de género, existe una claridad en el reconocimiento sobre los beneficios obtenidos por las mujeres, lo que no queda tan claro es cómo benefician éstos nuevos cambios a los hombres y su nuevo rol en la sociedad. Debido a ello, algunos hombres se sienten atacados pero sobretodo descolocados o desubicados y no es para menos, ya que todo para lo que fueron educados, está cambiando y aun así quieran adaptarse a los cambios, sienten que éstos son muy rápidos, causándoles presión por el entorno e inclusive sintiendo que perdieron privilegios, generando frustración, confusión e impotencia hacia su nuevo rol como hombre del siglo 21, lo que nos lleva a la siguiente pregunta:
¿Por qué un hombre debería preocuparse por la equidad de género?
Los especialistas coinciden en que la equidad beneficia a los hombres también, aumentando su bienestar y ayuda a crear un mayor equilibrio entre su vida laboral y familiar, mejorando las oportunidades de empleo para su familia en general, específicamente sus hijas. De acuerdo a Nikki Van Der Gaag, escritora y autora del libro Feminismo y los hombres, los hombres deben preocuparse por el feminismo “por el bien de las mujeres que aman y por su propio bien también”.
¿Cuál debería ser el papel de los hombres en la búsqueda de la igualdad de género?
Los hombres tienen que aprender a reconocer el liderazgo femenino, no como algo amenazador ni soberbio, sino como lo que es: un líder, de ésta manera, los hombres aprenderán a reconocer a las mujeres como pares y no como un objeto inferior o una potencial amenaza directa a su poder. No
solo los hombres deben aprender a escuchar sobre el problema de la violencia contra las mujeres, sino que también deben asumir la responsabilidad de ayudar a lograr un cambio. Kaufman añade: “Debemos permanecer como aliados al lado de las mujeres”.
Una de las acciones clave para integrar e involucrar la participación de más hombres a la equidad de género, debe ser el de contar con más modelos líderes de diferentes sectores como voceros hombres feministas que expliquen el movimiento y la importancia de la participación del género masculino. En la actualidad, un hombre feminista mediático que cree y apoya a la equidad de género es Justin Trudeau, el Primer ministro de Canadá. El primer ministro canadiense, que desde su elección se ha destacado como un fuerte defensor de la equidad de género, viene participando junto con la ONU Mujeres en la sede de Naciones Unidas con mensajes alentadores no sólo a la equidad de género en general, si no que se refiere a él mismo como vocero feminista oficial de la causa, logrando de ésta manera, la mirada, el interés, el involucramiento y la participación de más hombres a la causa, sin que se sientan avergonzados o menos por ser feministas.
“Voy a seguir diciendo alto y claro que soy feminista hasta que me respondan encogiendo los hombros”, dijo Trudeau,
Finalmente, espero haber aclarado el panorama sobre los conceptos que circulan en torno a la equidad de género, ya que creo que conocer apropiadamente los términos es básico y clave para poder entendernos y estar alineados como sociedad, hombres y mujeres para lograr una comunidad más justa en el presente y para nuestra futura descendencia. Asimismo, comparto un fragmento del discurso de la reconocida, actriz y activista feminista Emma Watson, en donde hace una invitación formal a todos los hombres, con el fin de que nos ayuden a cambiar nuestro mundo en uno mucho mejor para todos.
INVITACIÓN FORMAL
“En 1995, Hilary Clinton pronunció en Beijing un famoso discurso sobre los derechos de la mujer. Me entristece ver que muchas de las cosas que quería cambiar todavía son realidad. Lo que más me impresionó fue que sólo el 30 por ciento de su público eran hombres. ¿Cómo podemos cambiar el mundo si sólo la mitad de éste se siente invitado o bienvenido a participar en la conversación?
Hombres: aprovecho esta oportunidad para extenderles una invitación formal. La equidad de género también es su problema. He visto a hombres jóvenes que padecen una enfermedad mental y no se atreven a pedir ayuda por temor a parecer menos “machos”. De hecho, en el Reino Unido el suicidio es lo que más mata a los hombres de entre 20 y 49 años de edad, mucho más que los accidentes de tránsito, el cáncer o las enfermedades coronarias. He visto hombres que se han vuelto frágiles e inseguros por un sentido distorsionado de lo que es el éxito masculino. Los hombres tampoco gozan de los beneficios de la igualdad. No es frecuente que hablemos de que los hombres están atrapados por los estereotipos de género, pero veo que lo están. Y cuando se liberen, la consecuencia natural será un cambio en la situación de las mujeres. Si los hombres no necesitaran ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no se sentirían obligadas a ser sumisas. Si los hombres no tuvieran la necesidad de controlar, las mujeres no tendrían que ser controladas. Tanto los hombres como las mujeres deberían sentir que pueden ser sensibles. Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres de ser fuertes. … Ha llegado el momento de percibir el género como un espectro y no como dos conjuntos de ideales opuestos. Se trata de la libertad. Quiero que los hombres acepten esta responsabilidad, para que sus hijas, sus hermanas y sus madres puedan vivir libres de prejuicios, pero asimismo para que sus hijos tengan permiso de ser vulnerables y humanos ellos también, que recuperen esas partes de sí mismos que abandonaron y alcancen una versión más auténtica y completa de su persona. Los invito a dar un paso adelante, a que se dejen ver, a que se expresen: a que sean “él” para “ella”. Y pregúntense: si no lo hago yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?”
Emma Watson
CONTACTO
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- Corporación Suyo Urbanistas: http://www.suyourbanistas.com/index.html#modal
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BIBLIOGRAFÍA
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- - http://bastadesexismo.blogspot.pe/2014/08/el-origen-de-la-palabra-feminista_1.html
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- - http://www.lanacion.com.ar/2029230-las-cifras-sobre-violencia-de-genero-antes-y-despues-de-ni-una-menos
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- - http://www.actitudfem.com/entorno/genero/por-que-feminismo-y-no-igualitarismo
- - http://www.locarconio.com/2017/01/por-que-se-llama-feminismo-y-no-igualitarismo/