Dejemos Huella, pero sin pisar a nadie
Mucha gente tiene terror a los especialistas de la salud mental y no los culpo, de hecho entiendo el miedo y hasta me siento completamente identificada con ustedes desde mi propia experiencia. Recuerdo que hace tiempo, cuando era adolescente, un familiar tuvo un problema mental/emocional en su vida y mi familia ante la desesperación y necesidad de ayudarle, recurrieron en un principio a un especialista mental que lo ayudó durante muchos años, creando una dependencia insana para todos en la familia, no sólo por el tema del dinero que también es importante mencionarlo, si no por el hecho de que el especialista no tenía ninguna intención de “soltarlo”, es decir, se hizo muy claro y evidente que ésa persona desde su posición se estaba aprovechando de la necesidad de ése familiar y la desesperación de mi familia por ayudarle para mantenerlo como un cliente a largo plazo. Recuerdo que me sentía impotente y frustrada por no poder meterme a ayudar porque en ése momento, sólo era una adolescente y no “alguien importante como ése especialista”, no tenía la etiqueta, sólo era una chica con sentido común y criterio pero eso no importaba, no era el momento ni el lugar para decir nada e incluso si decía algo, que lo dije, mi opinión no servía porque no era “el/la especialista”; de ésa manera veía con tristeza la culpa e insatisfacción de mis padres frente a mis ojos y el apego (amor falso) de mi familiar hacia ése especialista mental que se las daba de “héroe/gurú/salvador(a)” para con mi familiar, dejando mal parados a mis padres como “malos padres e incompetentes” frente a mis narices sin poder hacer absolutamente nada, mientras mis padres gastaban miles de dólares cada mes durante muchos años en un estado lamentable de dependencia tóxica.
Otro caso fue el de una amiga muy querida que después de romper con su novio, se fue donde una astróloga que cada vez que iba, le pedía perfumes caros, además del dinero que le tenía que dar para poder hacerle un ritual de amor para que vuelva con la promesa de que volvería con su ex y así estuvo durante 2 a 3 meses perdiendo su dinero, su tiempo, energía y dignidad en un amor falso para retener a su ex, en total perdió más de 10,000 dólares en pócimas, perfumes y extras. Y así tengo un montón de historias personales, de amigos y seguramente tú también las tienes, sin embargo, no por ésas experiencias voy a meter a todos en el mismo saco, aquí es donde aplicamos valores como la justicia, el sentido común, el criterio y el pensamiento crítico. Sería muy injusto e incoherente generalizar, ya que así como tengo éstas experiencias no tan gratas, también tengo experiencias extraordinarias con especialistas de la salud mental/emocional que me han ayudado a poder entender un poco más la vida y también a mí misma, a través de sus libros, conferencias, un café, una frase, una reflexión, un video, un podcast en youtube, en linkedin, en Instagram, Facebook, no importa por donde los hayas escuchado, no podemos negar que hay especialistas de la salud mental/emocional muy buenos que nos han ayudado en algún momento de nuestras vidas y eso es tener la suficientemente humildad para poder agradecer lo que nos dejaron en nuestra mente, corazón y espíritu para saber lo que ahora sabemos, incluso si no estamos de acuerdo o cambiemos de opinión, todo pertenece a una consciencia colectiva que no es absoluta ni estática, se va moviendo porque ¿adivina qué? Lo único constante es el cambio y lo que ahora piensas puede cambiar en el tiempo y eso no necesariamente te hacer ser una persona incoherente, te hace eso, UNA PERSONA que tiene permitido equivocarse, cambiar de opinión y evolucionar porque como ya te decía anteriormente: lo único constante es el cambio.
Los psicólogos/coaches/psiquiatras/astrólogos/numerólogos (coloca acá tu etiqueta) también son seres humanos
Un aparente exitoso psicólogo estuvo a punto de suicidarse desde lo alto de sus oficinas, a lo que un “aparente loco de la calle” al verlo, va en búsqueda del hombre perturbado para hacerlo entrar en razón. Si, lo sé, suena bastante irracional, paradójico e irónico ¿no?, un “loco de la calle” haciendo entrar en razón a un “psicólogo exitoso”. Esta película es brasilera y se llama <El vendedor de sueños>, una historia humana que nos enseña a reflexionar sobre lo que verdaderamente es importante, los límites sanos que hay que saber ponerle a la ambición, que el dinero siempre tiene que ser visto como un medio no como un fin, que las etiquetas no lo son todo, dejar de subestimar, que siempre nos vamos a equivocar, que no podemos cambiar el pasado pero siempre se puede empezar de nuevo desde el presente a través de la empatía.
VIVIR EN COHERENCIA
Odiar a los haters nos hace tan haters como ellos, así como también pensarnos perfectitos(a) todo el tiempo diciendo cosas como que lo tóxico está fuera de nosotros y nosotros “somos seres puros y celestiales” es caer en la trampa de nuestro propio ego espiritual. Nos hemos acostumbrado a manipular para agradar, ser encantadores(as) para conseguir algo de alguien y hemos confundido eso con amor, cuando no eran más que estrategias mentales para conseguir ése amor que nunca llega porque lo que se consigue a través de ésas mañas es apego y aprobación, lo que nos conduce a un fuerte vacío interno que si no nos atrevemos a mirarlo de cerca, podría explotar en cualquier momento a través de crisis existenciales o alguna enfermedad. Vivir en coherencia es difícil pero no imposible. Hace poco me ofrecieron un trabajo para ser imagen de una empresa x y por más tentador que fue el dinero que me iban a pagar, no acepté por coherencia conmigo. Yo he fumado, sé lo que es ser una fumadora empedernida y casual también, no es nada saludable ni bonito, es una trampa y ser imagen de ésa trampa, me hace cómplice y por más que el dinero me caería muy bien ahora por la pandemia, no es coherente con mis principios ahora mismo, así que por más loco que parezca, éste es el “no” más difícil que he dicho éste año y al mismo tiempo el “no” más fácil también.
En éste punto, quizás pienses “Que buenita Ana y que coherente es” y la verdad es que no siempre he sido “buenita” ni siempre he sido coherente, ¿por qué? Por la maravillosa verdad de que soy tan humana como tú y que mi humanidad, trae imperfección y ahí viene la incoherencia también, (es parte del paquete), por ende aunque suene un trabalenguas esto que estoy tratando de explicar con mis mejores palabras es para que entendamos que aquí en ésta tierra, TODOS SOMOS SERES HUMANOS Y QUE TODOS ESTAMOS HACIENDO LO MEJOR QUE PODEMOS y que independientemente de nuestro estado de evolución a nivel de consciencia, el sólo hecho de TRATAR de ser coherentes es válido que ni siquiera intentarlo y es mucho más REAL que mucha gente que sólo habla de humildad, pero que no lo practica en la cancha. Tener la humildad para decir que no lo sabemos todo, a pesar de todos los conocimientos que podamos tener, ya sea de ingeniería, arquitectura, filosofía, medicina, psicología, física, química, espiritualidad, etc…. es el inicio para darnos cuenta de que somos eternos aprendices y maestros(a) en potencia al mismo tiempo y que estamos aquí para APRENDER a ser mejores personas sin apegos, expectativas o comparaciones. Para despertar consciencia no tienes que ser como Ecktar Tolle o Michelle Obama (grandes arquetipos de la consciencia colectiva), nunca se trató de ser como ellos(a) para iluminar tu espíritu, ellos(as) son un medio de inspiración para que tu despiertes consciencia a tu manera, tu estilo y tu power en tu momento, así de simple. Tampoco tienes que ir a la India para sentirte más espiritual o alcanzar tu espiritualidad, te dejo ésta pregunta, ¿de qué te sirve ir todos los domingos a la iglesia, recibir la ostia, rezar y confesarte si durante toda la semana sigues siendo la misma persona que degrada a los demás para sentirte mejor contigo misma(o), habla mal de la gente grupos de whatsapp, celebra cuando alguien es difamado, cuestiona y descontextualiza constantemente a la gente que está brillando?
NO HÉROES NO GURÚS NO SALVADORES(AS)
Todo radica en la intención. Independientemente de tu cargo(etiqueta), ya sea que seas un conferencista internacional, un(a) coach espiritual, un ingeniero químico, un médico cirujano(a), un psicológo renombrado, da igual, si tu intención es la de APROVECHARTE de la necesidad y desesperación de la persona que está al frente tuyo, entonces ahí es donde radica el problema, no necesariamente en la etiqueta.
Veo con tristeza a la gente que después de haberse leído mil libros de auto-ayuda y conferencias, decir que nada de eso sirve e incluso, luego de eso, los juzga diciéndoles que son todos unos “vende-humo” (colocando a todos en el mismo saco, los expone y humilla a través de fotos, videos y los usa para decir los vende-humo que son y cómo NO te han ayudado); para luego de eso entrar en la INCOHERENCIA de vender otra conferencia, reflexión u otro libro de cómo ésta vez SÍ va a resultar cambiar tu vida. Entonces, desde mi humilde punto de vista, el problema aquí también radica en la incoherencia de bajar/apagar la luz de otras personas (tan humanas e imperfectas como tú que también se están encontrando) para decirle al mundo que todo eso es basura, no sirve de nada y que tú eres mejor que eso… si es así, creo que alguien ha caído en la trampa del ego espiritual en donde “tengo que bajar a todos del carro y decir lo vende-humos que son” para recibir atención, admiración, aceptación, credibilidad y amor.
La maravillosa verdad es que no tienes que hacer absolutamente nada para recibir amor, mucho menos tienes que comparar el proceso de los demás con tu propio proceso para permitirte recibir éxito o lo que el universo te dará por default. Cuando hablamos de soltar, hablamos de soltar el ego (querer tener la razón siempre), escuchar otras opiniones sin sentirte a la defensiva todo el tiempo (que exhausto es eso) y aceptar nuestras imperfecciones humanas durante nuestro proceso evolutivo espiritual. A veces, volver a lo básico, nos recuerda pisar tierra y volver al centro de todo, que es el amor.
NEGOCIO CON PROPÓSITO
La salud mental es un negocio y no por serlo significa que sea “malo”, “sucio”, “soberbio”, “falso”, “de estafadores”. Cuantas veces hemos escuchado que el tiempo es dinero, incluso también lo decimos porque entendemos que nuestro tiempo es valioso y por ende cuesta, el precio dependerá de una combinación de razones (x, y, z), pero básicamente es el equilibrio entre el promedio del mercado y tu propio valor (subjetivo). Así como le pagamos a un doctor(a) por ayudarnos a curar nuestra pierna, hígado, corazón (ejemplo: órganos físicos), también existen los especialistas en salud mental quienes nos encargamos de facilitar la salud mental/emocional y en mi caso, espiritual también de las personas para que logren alcanzar su propia independencia mental/emocional sin nosotros. Al iniciar éste enlace, inicié con la mala experiencia de un familiar mío con un especialista de la salud mental/emocional que en vez de ayudarle, parecía no querer soltarle nunca y mucho menos darle herramientas para que se libere de la necesidad de tener un especialista en su vida TODO EL TIEMPO. Ojo, no estoy diciendo que no esté bueno llamar a un especialista, HAZLO PORFAVOR, sin embargo, la idea de la salud mental/emocional es que independientemente de lo que la persona tenga, el objetivo es ayudarle para que viva su vida no desde el aferramiento/apego/miedo/ de un especialista en salud mental/emocional por el resto de su vida. No me parece coherente o justo para la persona per se ni para la familia. Se trata de ayudar, no de atrapar personas con problemas de salud mental/emocional como carnada para la exclusividad económica de uno(a), eso es APROVECHARSE y no está bien. Las excepciones que veo aquí sería cuando el paciente necesitaría ayuda psicológica por el resto de su vida si su enfermedad mental/emocional así lo requiera, hoy en día hay centros especializados en donde las personas entran por su propia cuenta para superar una adicción por ejemplo o son llevados por su familia, los casos son infinitos y cada uno es diferente porque cada persona es un universo entero, sin embargo, debo decir y aclarar que en éstos casos, las reglas del juego están claras desde el inicio, por ende, en éstos casos, el paciente no está visto como “carnada”, si no como paciente. En la salud física es mucho más simple que la salud mental/emocional porque se detecta el tumor por ejemplo y ya se sabe dónde atacar; en la salud mental/emocional es más complejo porque todo es más subjetivo y complejo como las emociones, por ende, todo tratamiento tiene un proceso pero también un dead-line en el que lo ideal es que la persona aprenda a vivir en libertad y coherencia consigo mismo(a) SIN el especialista en salud mental/emocional. Independientemente si elijas ir donde un psicólogo, un(a) numerólogo(a), un(a) astróloga(o), un(a psiquiatra ,un(a)coach, te recomiendo que vayas con la mente abierta, sin juicios, expectativas y aprendas de lo que vas a escuchar, quizás aprendes algo nuevo de ti mismo(a), asimismo te sugiero que preguntes ¿qué herramientas te van a enseñar para liberarte de ésa ayuda extra que estás teniendo? Y finalmente, te animo a que escuches tu intuición (no tu ego ni tus creencias limitantes: tu mente habla demasiado), es tu intuición la que va a decidir si vale la pena estar ahí o no, prueba, no juzgues ni te juzgues y observa que pasa.
¿QUÉ ES MEJOR?, ¿UN(A) COACH, UN PSICÓLOGO(A), UN(A) PSIQUIATRA, UN ASTRÓLOGO…?
El año pasado una psicóloga me hizo sentir chiquita diciéndome que no puedo ayudar a otros porque no soy psicóloga como ella y que me de cuenta que soy una simple Coach; muy en el fondo, le agradezco por haberme dicho eso porque me abrió la puerta para hablar de esto, visibilizarlo y reflexionar a manera colectiva. Respeto mucho el trabajo de los psicólogos, de hecho, parte de mi staff de colaboradores(as) son psicólogos(as) como el extraordinario Bruno Mioli desde España o la increíble peruana Andrea Quiñones, ambos líderes power dentro de Coaching Power Online. Lo paradójico y contradictorio cuando pasó esto es que me puse a pensar en todos los psicólogos que conozco como gente noble que ayudan a los demás a transitar su propio viaje sin juzgar. Es por ellos que no puedo generalizar ésta hermosa profesión por una psicóloga que encima de tratarme mal, me difamó abierta y públicamente en Linkedin el año pasado, meter a todos los psicólogos por ésa chica, sería injusto, sin embargo si lo hablo abiertamente es para reflexionar, ¿por qué tenemos que bajar la luz del otro para brillar? Repito fuerte y claro: HAY MERCADO PARA TODOS. Finamente, la decisión está en la gente, si vas a un psiquiatra, Coach, Libro, un astrólogo(a), psicólogo, tu mamá o tu mejor amigo, todo suma y nadie debería juzgar tus elecciones.
Loco por ella
Hace algunas semanas, vi <Loco por ella>, una película española que me llenó de muchas reflexiones sobre la salud mental y los diferentes tipos de ayuda para poder recibirla y darla también en reciprocidad y coherencia en cuanto a nuestra propia salud mental/emocional.
La estigmatización y los prejuicios de la salud mental hace que sea más difícil poder hablar de ello sin miedo, tabúes, culpa e incluso, vergüenza. Nuestra salud mental es muy importante para poder construir una mejor sociedad, pero si cada vez que vamos a hablar de ello, nos juzgamos entre nosotros mismos, nos metemos cabe y hablamos mal de la gente que va al psicólogo/psquiatra/coach, no vamos a llegar a ninguna parte.
Entender esto es clave también para poder dejar de comparar servicios y/o profesiones como mejores o peores, estoy cansada de ver como se pelean entre psicólogos y coaches, alegando quién es más o menos profesional o quien vende más o menos humo dentro del sector de la salud mental, cuando son dos profesiones claramente diferentes pero que pueden complementarse muy bien también, de hecho, conozco muchos psicólogos que también son coaches y viceversa, personas que empezaron siendo coaches y luego estudiaron psicología, demostrando que no son excluyentes entre si mismas y que las batallas entre los profesionales de salud de quién es mejor que quién es puro ego espiritual.
Una de las cosas que también me gustó mucho de la película es que expresó muy bien la diferencia entre un paciente con una enfermedad clínica mental Vs alguien que no, por ende, considero relevante y clave contrastar cuándo se necesita un coach que un psicológo o incluso psquiatra para cada caso particular, ya que cada corriente contiene un límite sano de saber hasta dónde llegar con su cliente/paciente; en mi caso, como coach, yo no podría atender a una persona con esquizofrenia por ejemplo, por el simple hecho de que no tengo preparación ni experiencia en ello, por ende, sería una irresponsabilidad y anti-profesionalismo de mi parte, poder hacerle coaching a alguien que escapa de mi especialidad, por ende, lo correcto es derivarlo a un psicólogo que lo pueda ayudar de la mejor manera. Lo mismo pasa con la psicología, existen muchos psicólogos que apenas se dan cuenta que sus pacientes necesitan a un psiquiatra, lo derivarán a la persona adecuada para que ayude a su cliente/paciente y de ésa manera, la ética de la transparencia es clave para poder trabajar con buena fe y coherencia en la cancha, más allá de que ése paciente/cliente implique dinero, definitivamente nuestro negocio es con propósito.
Es increíble la guerra de egos que existen sobre quien sabe más de que, en vez de compartir la información para saber más entre todos y es que la gente se olvida que para debatir no se necesita pelear, pero hasta que la gente lo entienda, hay que empezar a ser más coherentes entre lo que decimos y hacemos, especialmente si estamos trabajando con personas y el sector es la salud mental/emocional, por ende, la empatía y la coherencia de ser y hacer, no sólo debería de quedar en una hoja certificada, un diplomado, un título o un lindo speech, si no, debería también quedar en la cancha porque la empatía y la coherencia se demuestra también en la cancha, desde cómo nos tratamos los unos a los otros, definitivamente hay que saber crecer en el campo personal y profesional sin apagar la luz de nadie, eso sería mediocre y no estamos a la altura de poder debatir en ése nivel.
NO SIEMPRE CUANDO EL RÍO SUENA, PIEDRAS TRAE, ASÍ COMO NO SIEMPRE CUANDO ALGUIEN TE CUENTA UN CHISME, SIGNIFIQUE QUE SEA VERDAD.
La difamación de la que hable en los párrafos anteriores, significó una bomba nuclear a mi vida profesional/personal, tergiversando y descontextualizando un post positivo, buena onda y constructivo hacia la colaboradora de mi casa, humillándome en mi principal herramienta de trabajo: linkedin, logrando quitarme dos clientes importantes y echando por el suelo mi credibilidad, además de atraer haters con insultos racistas e inventos hacia mi persona y familia. Este evento pasó hace un año aproximadamente y si sigo hablando de esto, no es por resentimiento o venganza ( venganza sería hacerle a ella lo me hizo a mí, no necesito hacer eso, no sería coherente tampoco con mi mensaje), entonces ¿por qué lo menciono?, a continuación mi argumento:
1.- Visibilizar la difamación es importante para saber contextualizar cuando a alguien no le gustas o no le gusta tu contenido de difamar tu trabajo y tu persona. Es una línea muy delgada que no debe de pasarse porque si no, estaríamos en un mercado en donde TODOS nos gritamos, nos insultamos, nos bajoneamos sin reglas, ni filtro ni regulaciones, lo cual estaría desde mi perspectiva, alejándonos de la coherencia que decimos tener como profesionales y personas. Entonces, una cosa es tener libertad de expresión y otra cosa muy diferente es tener el libertinaje para ensuciar/embarrar el trabajo ajeno sin preocuparte de las consecuencias que esto podría tener, muchas veces irreversibles para la persona difamada. Esta nueva situación implica que los abogados hoy en día se adapten al nuevo mercado digital en el que nos enfrentamos todos como profesionales para saber que no por difamar a alguien por internet “esta bien porque es internet”, tampoco se trata de “meter miedo para opinar”, se trata de tener RESPETO Y CONSCIENCIA para hacerlo.
Recuerdo que luego que me difamaron, me quise ir de viaje y empezar de cero en la India, no exagero, es mi historia y nadie sabe realmente lo que se siente ser difamado(a) hasta que te pase en propia piel…
¿Qué aprendí?