El Poder de la Libertad
Soy limeña, soy peruana y también soy del pueblo. Estoy harta de los prejuicios contra Lima, diciendo cosas como que “Lima es una ciudad solamente de pitucos, gente creída o mala” y no necesariamente es así, sin embargo entiendo el sentir de ése resentimiento, ya que no podemos tapar el sol con un dedo tampoco, sí existen limeños(as) desubicados, sin educación o cultura (como en cualquier ciudad del mundo), que durante muchos años han maltratado y raceado a personas de otras ciudades y países, lo sé bien por las historias de discriminación que me contaba mi madre que sufrió en Lima al ser buleada por su acento selvático, lo sé yo también porque aunque soy limeña, no me he salvado de la discriminación en una discoteca cuando tenia 18 años por ser “muy marrón”, así de real, fría y cruel fue mi experiencia también, así como ven, tendría todos los argumentos para estar resentida contra Lima también, sin embargo cada quien elige quedarse en la excusa de la mediocridad del resentimiento, o, elegir tirar para delante a través de la cultura, innovación y educación.
La corrupción no sólo es robar dinero, la corrupción también es permitir que gente inepta e incapaz lidere un equipo de trabajo porque eso empobrece y hace retroceder a nuestras comunidades. Los tiempos de mi madre y los propios han cambiado felizmente, el racismo y la discriminación ha disminuido también (gracias a Dios), sin embargo, eso no quiere decir que el racismo o discriminación haya desaparecido, seguirá existiendo lamentablemente a nivel global, pero eso tampoco justifica que siempre sea la excusa perfecta o el chivo expiatorio para que los grandes manipuladores sociales se cojan de eso y sigan dirigiendo a nuestras sociedades al basurero, no señor.
Es momento de despertar consciencia, dejar de prejuzgar o estigmatizar a las grandes capitales como Lima y a los limeños(as) de bien para ponernos al derecho y enfrentar el caos con orden, nuevas reglas de juego a través de la meritocracia, talento, educación, sabiduría y cultura. Basta de tanta impunidad y de victimizaciones facilistas que lo único que hacen es perjudicar a la gente de a pie que lo único que quieren es trabajar de manera digna y ser feliz. Urge rápidamente gente técnica, con sentido común, valores espirituales/humanos y pensantes/racionales en el mundo, además de sociólogos y publicistas que de manera estratégica e inteligente sepan unir a los pueblos con una identidad social de orgullo sano y tolerancia hacia nuestras diferencias para lograr una buena convivencia y comunicación.
¿Quién discrimina a quien? La prensa local es tan o mas importante que la prensa internacional de un sociedad, ignorarla o dejarla afuera no sólo preocupa, es ilegal por faltar a la libertad de expresión de manera directa/indirecta, si no también es ilegítima porque metafóricamente hablando, es como si le cerraran la puerta a toda la comunidad local que espera respuestas y no excusas. La locura de los pseudo lideres de aferrarse al poder da pena y vergüenza ajena, son momentos difíciles que hay que saber gestionar con calma, paciencia, fe y acción a través de nuestra voz como líderes reales, humanos y power que decimos ser. A veces me da miedo, casi terror decir lo que pienso y siento por temor a ser mal interpretada, difamada y descontextualizada por manipuladores emocionales que usan a la presión social para distorsionar la realidad, sin embargo me pongo a reflexionar sobre mi miedo VS el miedo que un líder real debe sentir haciéndole FRENTE a la mediocridad, al facilismo de la victimización y a la injusticia de todo un pueblo que sufre las consecuencias de las indecisiones, la doble moral/discurso, la pobreza económica/mental y la ignorancia de un pueblo confundido sin identidad social, con baja autoestima y educación.
La libertad no sólo es un valor, es un derecho que debemos defender y apoyar, no sólo en los debates sanos en el lonche familiar en un café, o en la parrillita del fin de semana, no, la libertad se defiende en todas las redes sociales en Linkedin, Twitter, tik tok, facebook, ig, blogs y también en la vida real con dignidad y valentía. En fin, reflexiones cotidianas de la que puedes estar de acuerdo o no, eso es respeto a la libertad real de expresión y a nuestras diferencias, coherencia se llama. La reputación corporativa no es pretender ser un maniquí de portada que dice si a todo, sonríe para la cámara y omite dar su opinión en crisis, por miedo a quedar mal con alguien, NO! Basta de ésa idea distorsionada de “ser líder maniquí”, para ser un LÍDER REAL que dice lo que piensa de manera asertiva, inteligente y a la vena también. Es nuestra responsabilidad saber hablar en momentos difíciles también, no sólo cuando ganas premios en las revistas o en los rankings, es momento de ACTUAR y un buen inicio es no quedarte callado(a).