¿Organizaciones amigables o sostenibles?
Por Vanesa Alcántara, alumna de la Carrera de Ingeniería Empresarial
Muchas organizaciones confunden el ser sostenible con ser amigable con el medio ambiente. Sin embargo, la sostenibilidad involucra no solo responsabilidad ambiental, sino también calidad y seguridad para todas las partes interesadas de las organizaciones. Esto incluye al medio ambiente pero también a trabajadores, accionistas, proveedores, clientes y la comunidad en la que se desarrollan.
En el 2015, la ONU desarrolló 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS), basados en cinco pilares: personas, planeta, paz, prosperidad y alianzas. Estos objetivos están basados en las principales necesidades del planeta y, en el caso empresarial, sirven como una guía para entender dónde se puede aportar un granito de arena. La actividad empresarial, la inversión y la innovación privadas son los motores de la productividad, el crecimiento económico inclusivo y la generación de empleo. Por ello, es necesario que el sector privado entienda el impacto que puede tener al comprometerse con los ODS.
Cabe resaltar, que los ODS no deben ser tomados como obligaciones que no traen beneficios para la empresa. La idea es entender como se pueden obtener beneficios, reduciendo los impactos en los procesos de la organización o encontrar oportunidades de negocio que representen beneficios mutuos para la empresa y la comunidad.
Un ejemplo de esto es el programa PROSPER de SABMiller, en el que la empresa le da capacitaciones a los bodegueros, que representan un 70% de sus ventas, aumentando su productividad y generando fidelización; así como campañas de concientización sobre temas como la venta de alcohol a menores, la generación de conciencia en el consumo de agua, uno de sus principales insumos, mediante la mejora de procesos e implementando la infraestructura para que la comunidad tenga acceso a la misma. Por último, brinda asesoramiento a sus agricultores, asegurando su calidad de vida y la calidad de sus insumos.
Así como SABMiller existen otras empresas, en Latinoamérica y en el Perú están tomando al desarrollo sostenible como la mejor opción de crecimiento. Adicionalmente, el estado ha emitido un conjunto de reformas apoyando la sostenibilidad. Entre ellas, la ley contra actos de discriminación y regulación de distribución de bolsas de plástico. Esto muestra que gradualmente se está encaminando a las empresas a seguir un camino sostenible, la pregunta es si esperarán hasta que el estado los limite.
Las organizaciones pueden buscar solo beneficios económicos, pero si quieren tener beneficios económicos a largo plazo deben asegurarse de que ese largo plazo existirá. Por ello la sostenibilidad debe dejar de verse como una forma de mejorar la imagen o cumplir con los requerimientos legales, y comenzar a verse como una estrategia para asegurar un futuro.