El plan más ambicioso de América Latina
Gabriela Bendezú, alumna de Economía de la Universidad del Pacífico
“El plan más ambicioso de América Latina”, así es como llaman en los medios internacionales al plan de reactivación económica que tiene el Perú para contrarrestar el daño colateral causado por la cuarentena nacional y evitar que se rompa la cadena de pagos; es decir, que las personas o entidades dejen de pagar deudas, sueldos, servicios básicos o impuestos. Son más de tres semanas en las que el Perú ha hecho un alto a sus actividades para combatir al virus COVID-19, más de 21 días desde que el presidente Martín Vizcarra declaró al país en cuarentena nacional. Después, fue implementado el toque de queda y hace unos días se anunció que hombres y mujeres saldrían en días distintos. Todo ello con un solo fin, proteger a la población del COVID-19, virus altamente contagioso; sin embargo, con el pasar de los días, el COVID-19 no es la única amenaza que los peruanos enfrentan. Los problemas económicos se agravan con el pasar de los días, pues el país se mantiene inactivo.
La producción en las empresas que no sean del sector alimenticio, farmacéutico o de higiene personal–como vestimenta, muebles o electrodomésticos– ha sido interrumpida, por lo que estas solo podrán vender hasta que el stock que tienen– si es que aún les queda –se agote. Cuando esto pase, dejarán de vender; por lo que, dejarán de recibir ingresos por sus ventas. Además, estas empresas deberán seguir pagando sueldos a sus trabajadores, a pesar de que no estén trabajando, por mandato del gobierno para no perjudicar a los trabajadores, pero ¿de dónde obtendrán dinero para ello si ya no generan ingresos? Para ello, el gobierno ha creado el programa “REACTIVA PERÚ” que tiene como objetivo asegurar la continuidad de la cadena de pagos mediante el financiamiento a empresas que tienen que afrontar obligaciones de pago en el corto plazo. Es decir, otorgar solvencia a las empresas que no reciben ingresos pero que enfrentan deudas hacia proveedores y tienen sueldos por pagar.
En primer lugar, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha reducido la tasa referencial en 1%– de 2,25% pasó a ser 1,25% –con ello busca hacer que los préstamos sean más baratos para que, dado este periodo de inactividad, las empresas puedan encontrar un financiamiento accesible para continuar con sus operaciones. La tasa referencial es la tasa de interés establecida por el BCRP a la cual los bancos se prestan dinero para luego ellos poder realizar préstamos a empresas y personas; si esta tasa baja, la tasa de interés que ellos cobrarán a sus clientes podrá ser menor sin afectar las ganancias del banco. En segundo lugar, otra medida ejecutada por el BCRP fue la reducción de la tasa de encaje que tienen las entidades financieras, esta tasa determina la cantidad mínima de dinero que una entidad financiera debe tener en sus reservas– dinero que los bancos, por ejemplo, tienen guardado y sin uso. En tercer lugar, la SUNAT ha postergado el pago de las obligaciones tributarias para, no solo aliviar los gastos de las empresas sino también los de las personas.
Como consecuencia de que la mayor parte de sectores productivos haya dejado de laborar y aunque los trabajadores que se encuentren en plantilla sigan recibiendo sus sueldos, muchos son independientes y trabajadores que no pertenecen a alguna empresa que tienen garantizado un sueldo en estas épocas. Para ellos, el gobierno se encuentra otorgando un bono de 380 soles para que puedan solventar gastos de alimentación y servicios básicos durante dos semanas, no obstante, dado que el periodo de cuarentena incrementó dos semanas más, el monto también se duplicó. Asimismo, los trabajadores que cuenten con un fondo de Compensación por Tiempo de Servicios podrán acceder a este para retirar hasta S/.2.400 y aquellos trabajadores que no hayan aportado a sus fondos en el sistema de pensiones AFP durante los últimos 6 meses pueden retirar hasta S/.2.000.
Todo ello va de la mano con transferencias a las municipalidades para que lleven ayuda a las zonas más necesitadas y compras para implementar el sector salud, con respiradores artificiales e implementos para garantizar la seguridad del personal de salud, policía y demás trabajadores que no han parado sus labores, entre otros. Asimismo, vendrá acompañado de una inversión en obras públicas como carreteras e infraestructura para los colegios una vez que la cuarentena haya acabado. De esta forma, se generarán empleos para combatir la caída del PBI. El PBI es el Producto Bruto Interno trata de medir la cantidad total de la producción que un país realiza en un año. Una de las formas de calcularlo es a través del método del gasto en el cual se suman todas las compras realizadas en bienes finales– no insumos para producir –por hogares, empresas, gobierno y extranjeros y se resta las compras que han sido importadas para eliminar el gasto en productos extranjeros que no corresponde a la producción nacional.
Entonces, para lograr todo ello el Perú va a tener que “romper su chanchito” y usar las reservas nacionales, ahorros, para la ejecución del programa REACTIVA PERÚ en donde el gasto estimado es 90 mil millones de soles. Durante la última década, el país ha seguido una buena disciplina fiscal– cuidando en los gastos para no desembolsar, como país, mas de lo que se puede financiar –y ha mantenido una de las más bajas deudas públicas de Latinoamérica, ello, sumado a una estabilidad sostenida de la inflación y el tipo de cambio, hacen posible que en momentos de emergencia como este, el país pueda salir adelante y solventarse para contrarrestar los golpes negativos tanto a la economía como a la estructuras estatales como, en estos momentos, sistema de salud. Es en ocasiones como esta de baja producción e incertidumbre, en donde se observa la importancia del ahorro y de un comportamiento responsable de los gastos que se realizan.