3 claves sobre los acuerdos de Escazú
Por Sebastian Martin Cueva Obando, alumno de Economía de la Universidad del Pacífico
¿Dejarías que destruyan tu casa sin tu permiso? La pregunta parece absurda – por supuesto que nadie lo haría. Sin embargo, año tras año nuestra Tierra – nuestra casa común – es depredada mientras miramos indiferentes. Las noticias de tala ilegal, derrames de petróleo o cambio climático se pierden en el bullicio de todos los días. Este desentendimiento tiene que terminar. Pues proteger el ambiente es mucho más que proteger paisajes donde uno pueda tomarse fotos e ir de vacaciones. Por ejemplo, de acuerdo con el Programa Ambiental de las Naciones Unidas los bosques son el sostén de 1.6 billones de personas y el hogar de más de la mitad de los animales y plantas (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2022). Alarmados por la situación del ambiente, 24 países de América Latina y el Caribe suscribieron un acuerdo para proteger “el derecho de cada persona (…) a vivir en un medio ambiente sano”. (Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), 2019). Dicho acuerdo se firmó en Escazú, Costa Rica y por ello se les conoce como “Acuerdos de Escazú”. Estos acuerdos nos brindan a nosotros una oportunidad de oro para terminar con el triste desentendimiento actual, e involucrarnos más con el medio ambiente. Por ello, es fundamental empujar a que el Perú ratifique estos acuerdos, lo cual debe realizarlo el Congreso del Perú.
Los acuerdos protegen los “derechos de acceso”, que son el derecho a la información medioambiental y a la participación pública en decisiones medioambientales. Es decir, que las personas deberían estar informadas y poder expresarse sobre proyectos que afecten el medio ambiente. Suponga que un grupo de personas decidiera un día dibujar todas las paredes de su casa, y deshacerse de su cocina para poner en su lugar una nueva televisión. De forma que al día siguiente se despierta para descubrir una sala completamente remodelada, todo sin su conocimiento. Por supuesto que uno estaría, cuando menos, muy enfadado. Del mismo modo, no deberían tomarse decisiones sobre el ambiente – nuestra casa común – sin el conocimiento de las personas. De otra forma, puede que un día nos despertemos y nos demos con la desagradable sorpresa que ya se tomaron muchas decisiones sin nosotros. En el Perú, el acceso libre a la información ambiental es especialmente importante. Muchos dependen de forma directa de los recursos medioambientales, y por ende deberían ser los primeros en enterarse de los proyectos que puedan afectar el ambiente. De lo contrario, surgen los conflictos. Como evidencia de ello, la Defensoría del Pueblo reportó que en Julio del 2022 más de la mitad de los conflictos sociales estaban relacionados con temas socio ambientales (Defensoría del Pueblo, 2019). En lugar de perpetuar esta triste rutina de lucha, debemos apostar por un acceso libre a la información, que todos estén en la mesa cuando se tomen las decisiones.
Además, los acuerdos protegen a los defensores medioambientales que dedican sus vidas al cuidado de la casa común. ¿Quiénes son estos defensores? En nuestro país, toda persona que se involucre con la promoción o protección del ambiente se considera un defensor ambiental (Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, 2020). Por supuesto, esta protección tiene que realizarse de forma pacífica y dentro de la ley. Se premian no acciones violentas o radicales, sino la voluntad civil de defender lo que finalmente es nuestro hogar. Tristemente, quienes movidos por la buena voluntad buscan defender el ambiente muchas veces son atacados por quienes lucran de la explotación ilegal y desenfrenada. Esta situación ha degenerado al punto de que el relator de las Naciones Unidas Michel Frost declaró en el 2020 que ser defensor ambiental en el Perú era una de las actividades más riesgosas. En el Perú, hacer lo correcto puede costarte la vida. Por ejemplo, en marzo del 2022 Juan Julio Fernández fue asesinado de dos balazos en la cabeza (El Comercio, 2022). ¿Su crimen? Ser defensor medioambiental de la reserva de Tambopata. Su hermano Germán Fernández se dedica también a la defensa medioambiental y ha sufrido como consecuencia. Todos los días recibe amenazas de muerte, y afuera de su casa tiran balazos al aire. Serían, según Germán, sicarios contratados por mineros ilegales que desean liberarse de los “incómodos” defensores medioambientales ya sea intimidándolos o matándolos. Debido a todo ello, es urgente la tarea de ratificar el acuerdo que brindará más mecanismos para proteger a los defensores ambientales. Primero, porque el acuerdo de Escazú reconoce de forma oficial la categoría de “defensor ambiental”. Luego, porque de ratificarlo el Perú estaría comprometido a garantizar un entorno seguro para estos defensores, así como prevenir y sancionar a todos aquellos que buscan silenciarlos (Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, 2020).
Finalmente, es importante responder a la preocupación de que los acuerdos de Escazú serían una barrera contra las inversiones. Quienes critican los acuerdos frecuentemente opinan que harían mucho más difícil invertir en el país, resultando en que llegue menos capital y con ello menos empleo. No obstante, los acuerdos no son en absoluto “anti inversión”. De hecho, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera que los acuerdos son un gran paso para lograr inversiones sostenibles (CEPAL, 2022). Pues se puede invertir de forma responsable, obteniendo beneficio del medio ambiente y cuidándolo al mismo tiempo. De esta forma los recursos durarán muchos años y servirán para las futuras generaciones. En contraste, las inversiones desenfrenadas que solo miran el corto plazo pueden agotar los recursos en poco tiempo, tras lo cual no habrá más que explotar. La naturaleza y la biodiversidad del Perú son una gran fuente de riqueza, nuestra gallina de los huevos de oro. Cambiemos el final del cuento, y aprendamos a cuidar esta riqueza de forma que dure por generaciones. De lo contrario, un día despertaremos para descubrir, horrorizados, que hemos destruido lo más valioso que teníamos.
En conclusión, los acuerdos de Escazú son una herramienta para transparentar la información respecto al ambiente y proteger a quienes se dedican a defenderlo. Este acceso a información transparente permitirá evitar abusos. Las empresas no podrán ocultar información sobre sus proyectos, y las comunidades no abusarán de la influencia dada por los acuerdos de Escazú por el mismo hecho de que la información será transparente y de libre acceso, todas las cartas estarán sobre la mesa. Asimismo, quienes dedican su vida a cuidar el ambiente estarán más protegidos gracias a los acuerdos. Todo ello promoviendo inversiones sostenibles que nos permitan cuidar la riqueza natural de nuestro Perú.
Referencias
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (2022). Recuperado de https://www.unep.org/explore-topics/forests/why-do-forests-matter
Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) (2019). Recuperado de https://www.dar.org.pe/archivos/publicacion/203_Acuerdo_Escazu.pdf
Defensoría del Pueblo (2022). Recuperado de https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2022/08/Reporte-Mensual-de-Conflictos-Sociales-n.%C2%B0-221-julio-2022.pdf
Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (2020). Recuperado de https://www.actualidadambiental.pe/acuerdo-de-escazu-quienes-son-defensores-de-derechos-humanos-en-asuntos-ambientales/
El Comercio (2022). Recuperado de https://elcomercio.pe/peru/madre-de-dios/juan-julio-fernandez-hanco-madre-de-dios-asesinan-a-balazos-a-defensor-ambiental-de-la-reserva-de-tambopata-rmmn-noticia/?ref=ecr
CEPAL (2022). Recuperado de https://www.cepal.org/es/noticias/banca-multilateral-ocde-consideran-fundamental-acuerdo-escazu-generar-un-clima-inversiones