La Mejor Inversión es una América Latina Resiliente
Esta frase iluminaba la sala del Encuentro Regional LACADI 2023 y me la llevé en la cabeza (y en el celular) al volver a Lima. Hace unos días tuvimos la gran oportunidad y privilegio de contactar con muchos profesionales de fondos de pensiones, aseguradoras, y otras entidades financieras y no financieras principalmente de México, Colombia y Perú en un foro organizado por la Iniciativa de Divulgación de Activos Climáticos de América Latina (LACADI) con el apoyo de varias organizaciones internacionales y localmente con Libélula. Este foro regional busca generar un espacio para compartir los retos y oportunidades del cambio climático y generar conciencia de la necesidad de la movilización de flujos financieros hacia actividades de mitigación y adaptación. No me voy a referir en esta entrega a todos los interesantes temas abordados, pero si comentarles algunos puntos clave de coyuntura que pueden ser de interés para que “los veamos venir”.
Abrió el evento María Laura Rojas de Transforma, comentando la necesidad de armar un bloque de negociación común en América Latina para abordar los temas de cambio climático en las COP, cumbres de la ONU donde se adoptan decisiones en torno a este tema. Esto es importante para que las normas que se emitan en estos procesos internacionales tomen en cuenta nuestras necesidades y particularidades. Es importante “entrar en la conversación” nos dijo.
Asimismo, tanto María Laura Rojas como Pía Zevallos, CEO de Libélula, hicieron referencia al último reporte de evaluación del IPCC de Marzo 2023 y hubo un llamado de atención sobre la necesidad de incrementar el llamado “Financiamiento Neto”. Para tener clara la sopa de letras, el IPCC es un grupo intergubernamental de la ONU encargado de evaluar científicamente el cambio climático y ha emitido varios informes, siendo el último, la síntesis de los reportes de años anteriores.
Bajo el Acuerdo de París de 2015 (¡hace 8 años!), los diversos países se comprometieron a no incrementar la temperatura por encima de 1.5°C. Sin embargo, el IPCC concluyó que la temperatura de la tierra entre 2011 y 2020 se ha encontrado +1.1°C por encima de los niveles que estaba entre 1850 -1900 (etapa pre – industrial) y ello se debe fundamentalmente a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) generados por la actividad humana, como CO2 y metano. El incremento de un grado suena muy exagerado – como para no preocuparse – pero según el profesor Sergio Henrique Farias, profesor Ikerbasque, en el último periodo glacial (Edad de Hielo) hace 14 mil años, algunas zonas de Norteamérica y Europa tenían más de 1km. de hielo y la temperatura de la tierra era solo siete grados más fría que hoy. Bill Gates (Como Evitar un Desastre Climático, 2021), también escribió que en la época de los dinosaurios la temperatura media era 4 grados más calurosa que ahora y hasta había cocodrilos en el Círculo Polar Ártico. ¡Cada medio grado suma y puede generar importantes cambios en nuestros ecosistemas!
El gran reto que plantea el IPCC es que más allá de obligaciones morales para evitar el calentamiento, se requieren medidas de mitigación urgentes, efectivas y equitativas. Los países más ricos han sido los principales emisores de GEI per cápita; pero las economías en desarrollo vienen generando GEI a toda prisa; a diferencia de aquéllos, nos costará más la adaptación. Para ello, es clave la financiación. Financiación para una América Latina Resiliente frente al Cambio Climático.
Según el IPCC, se requieren entre 3 a 6 veces más inversiones en acciones climáticas. Para ello habría que reestructurar el mercado financiero y promover acciones de mitigación y adaptación. Se requieren incentivos e interés de las distintas entidades financieras y otros inversionistas institucionales para invertir en acciones y productos relacionados al clima. Y un paso antes, el dilema del huevo o la gallina, se requiere de la estructuración de más productos financieros que sirvan para este fin, algunos dentro del foro decían “con un mínimo de regulación” para evitar el greenwashing.
Es que no hacer nada NO es una opción y hasta hoy sería eso más costoso que realizar más inversiones a favor del cambio climático en el plazo inmediato. Con Financiamiento Neto, se requiere que se destinen mayores recursos a inversiones sostenibles como energía limpia (libre de gases de efecto invernadero – GEI) y menos a combustibles fósiles.
Otros temas muy relevantes en el Encuentro Regional LACADI 2023 fueron el abordaje de los estándares TCFD o Task Force on Climate-Related Financial Disclosure y de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) relacionadas a sostenibilidad. La idea de comentar sobre estas normas o estándares es estar preparados ya que como comentábamos, eventualmente serán regulación. Además, como se mencionó en el foro, la ruta para la elaboración de estos reportes es una forma de autoconocimiento empresarial, una forma de “mirarse a si mismo”. Qué tengo, qué no tengo y qué hago para cerrar la brecha de información que debo divulgar. Y un mensaje que me llevé del evento es que las organizaciones deben trabajar con la información que tienen (Mensaje de Ximena Rojas de CCADI). Es posible empezar con información cualitativa y después cuantitativa en los reportes. Por algo debemos empezar y no esperemos siempre perfección en el proceso.
Los estándares TFCD son una metodología de divulgación que se vuelve especialmente importante para las entidades financieras y otros inversionistas institucionales (gestores de activos, fondos de pensiones, aseguradoras) a nivel mundial ya que les permiten divulgar públicamente a través de sus reportes no solo sus propias emisiones de GEI sino también su huella de carbono financiada. Y justamente esto podría empujar a dichas entidades a solicitar esa data a las empresas receptoras de financiamiento. Unos de los gestores de activos más emblemáticos de Estados Unidos, Blackrock, si apoya este tipo de divulgación en las empresas donde invierte. Pero, claro, seguramente, las pymes podrían requerir flexibilidad.
Cuatro aspectos importantes contemplan TFCD: la gobernanza, la estrategia, gestión de riesgos y métricas. Con TFCD, nos aseguramos que los Directorios de las empresas establezcan metas asociadas al cambio climático, y definan su marco apetito de riesgo vinculado a éste (implica decidir, por ejemplo, qué porcentaje de la cartera o portafolio estará expuesto a sectores con más o menos emisión de carbono). TFCD implica también hacer un “análisis de escenarios climáticos”: las entidades deben entender cómo los distintos riesgos físicos (inundaciones, olas de calor) y de transición de cambio climático (legales, regulatorios, tecnológicos, mercado, reputacionales) pueden afectar los activos y/o pasivos de la entidad dentro de distintos horizontes de tiempo. La simulación de distintos escenarios puede estar basada – por ejemplo – en cuánto sería el aumento de la temperatura de la tierra en x años, para lo cual existen reportes como el IPCC y proveedores de data. Así también las entidades deben divulgar las métricas y metas que utilizarán para manejar los riesgos y oportunidades asociados al cambio climático. México y Colombia son países donde estos estándares ya fueron mapeados para posterior implementación. Y en el Perú, vemos más empresas reportando o proponiendo reportar bajo TFCD.
Por otro lado, y convergiendo con este esfuerzo están las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) en materia de sostenibilidad formuladas por el Consejo de Normas Internacionales sobre Sostenibilidad (ISSB) a ser emitidas en el segundo trimestre de 2023 y vigentes para reportes a partir de 2024. Estas normas constituyen una línea base para divulgación empresarial de aspectos financieros sobre sostenibilidad, de manera útil y completa, lo cual ayuda a cubrir necesidades de información en los mercados financieros.
Para ello se han preparado dos sets de normas: Están las NIIF S1 – Requerimientos Generales: parte de la relación de la actividad empresarial con su entorno natural y recursos humanos y su interconectividad con la información financiera. Y también serán emitidas las NIIF S2 – Divulgación Climática, las cuales incorporan estándares TFCD y SASB que abordan la necesidad de divulgar información material financiera, sus riesgos y oportunidades con particularidades por sector. En este punto, resulta importante que las empresas divulguen sus planes de transición y la resiliencia frente al cambio climático.
En el Perú, estas normas podrían requerir de cierto impulso por el sector privado. El Superintendente de Mercado de Valores (SMV), Jose Manuel Peschiera, anunció la posibilidad de contar con un reporte integrado de gobierno corporativo y sostenibilidad hacia final del año. Tras la reciente revisión de los Principios de Gobierno Corporativo de la OECD, es probable que se requiera modificar integralmente el Código para Sociedades Peruanas de la SMV, lo cual podría ser trabajado en la Mesa ASG correspondiente el Consejo Consultivo del Mercado de Capitales. ¿Podrá en esa instancia evaluarse la necesidad de incluir estos nuevos estándares como parte de las normas de divulgación? Creemos que si. La integración regional de las bolsas pone un reto adicional para la evolución e implementación de estos estándares y su tropicalización – acaso equivalente – en México, Colombia y Perú.
Sin duda, el camino para favorecer la mayor inversión responsable en América Latina se va delineando y para ello contar con normas de divulgación financiera material asociadas a cambio climático pueden ser una herramienta que ayude a acometer este fin.