Sobre la convicción del dueño
En mi última entrada escribí sobre la mentalidad de dueño y mencioné algunas ideas de cómo desarrollarla en un equipo de trabajo. En el post donde compartí mi artículo saltó un comentario sobre lo que motiva al dueño – dinero – y que me había faltado incluir eso de manera más explícita. Estoy segura de que hay muchísimas personas que comparten esa forma de pensar que, si no alineas los incentivos, no tendrás personas con mentalidad de dueño, y si bien la respeto, no la comparto.
Yo no quiero dueños que estén motivados únicamente por la generación de dinero para su empresa y para ellos mismos. Claramente es una palanca clave al momento de diseñar tu organización: cómo vas a generar ingresos, cuál será tu estructura de costos, cómo vas a alinear los incentivos de tus empleados y tus propios incentivos, pero eso es solo la base para lograr algo más. No creo que el mundo necesite dueños que solo estén motivados por el dinero, nada bien sale de eso, creo que tenemos muchísimos ejemplos dolorosos.
Yo creo que necesitamos dueños con convicción: personas que realmente creen en lo que están haciendo y en el impacto que sus negocios generan en sus stakeholders. Estas son personas con una visión que trasciende el dinero, pues tienen ganas de cambiar la forma de cómo se vienen haciendo las cosas. Los líderes con estas características atraen a personas con mentalidad de dueño por dos grandes razones:
1) Quieren hacer las cosas bien: por las razones correctas y no solo para generar dinero, por lo que serán líderes involucrados. Esto, en mi humilde opinión, hace toda la diferencia. Un líder con convicción mostrará interés en todo lo que ocurre alrededor de su negocio: las personas, la experiencia, los clientes y los números. Además, estará cerca de su equipo, hará buenas preguntas, les permitirá volar y los empoderará a proponer cambios y mejoras.
2) Inspiran a otros a través de su lenguaje verbal y no verbal: al ser tan explícitos y apasionados con su visión logran enlistar a personas que también quieren cambiar las cosas: los “futuros dueños”. Estos futuros dueños se alinean con la visión de su nuevo líder y se genera el efecto exponencial del que escribí en mi entrada anterior.
Sé que todo esto puede sonar cliché, idealista o algo iluso, pero en mis más de 15 años de trayectoria profesional, siempre he logrado conectar lo que hacía con un propósito mayor al de solo generar dinero. Creo que eso es lo que me ha permitido mantenerme motivada, mantener motivado a mi equipo y movilizar a otros a avanzar en la misma dirección. Querer, por convicción, que las cosas se hagan mejor que antes, no es tarea fácil, y eso, sin duda, trae grandes resultados en el largo plazo, ¡sí, incluido generar más dinero!