Covid - 19 y Comercio Exterior peruano (2)
Han pasado 23 días de haber sido declarado el estado de emergencia y, en materia de comercio exterior, hemos visto que poco a poco las cosas se han ido aclarando.
En primer lugar, y gracias a comunicados expedidos por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) ha quedado en claro que las operaciones logísticas de comercio exterior de ingreso (importación) y salida (exportación) al y del país comprenden, en el primer caso, el traslado de la carga en general (considerando tanto bienes esenciales como no esenciales) desde el puerto, aeropuerto o almacén aduanero hasta el local del importador y, en el segundo, el traslado de dicha carga desde el local del exportador al puerto o aeropuerto.
Asimismo, ha quedado en claro que los importadores y exportadores deberán contar con personal mínimo indispensable que pueda trasladarse desde sus casas a los respectivos locales de recepción de la carga de importación o despacho de la carga de exportación y, tras culminada la faena, regresar a sus casas.
Del mismo modo y gracias a disposiciones legales y comunicados del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), ha quedado en claro que los servicios prestados por los operadores de comercio exterior y otros actores intervinientes en las actividades de ingreso y salida de carga al y del país constituyen actividades conexas al transporte de dicha carga y, en consecuencia, éstos quedan habilitados a laborar utilizando para ello el personal mínimo indispensable.
De modo consecuente ha sido actualizado el aplicativo del Ministerio del Interior (MININTER) con la finalidad de comprender dentro de los alcances del Pase Personal Laboral a los trabajadores de los importadores, exportadores, operadores de comercio exterior y otros actores intervinientes en la cadena logística internacional.
Lo anterior ha sido complementado con otras medidas excepcionales dispuestas por el gobierno: i) tasa arancelaria temporal de 0% para ítems relacionados con el manejo y mitigación de la crisis sanitaria; ii) inaplicación de multas aduaneras relacionadas con la transmisión y presentación de información y documentos, presentación de declaraciones y acciones de control; iii) suspensión de plazos en lo relacionado con fiscalizaciones, citaciones, presentación de impugnaciones y procedimientos en general; iv) utilización de copias de certificados de origen con firmas escaneadaspara el goce de preferencias arancelarias en la importación; y v) utilización de certificados sanitarios por medios digitales.
Dicho lo anterior, debemos reconocer el esfuerzo de las autoridades no sólo para aclarar aspectos relevantes orientados a garantizar las operaciones de comercio exterior sino, también, para establecer medidas razonables y necesarias que permitan atenuar el efecto negativo que, de por sí, esta situación de crisis genera.
No obstante, el aprendizaje, bueno y malo, que tanto el sector público como el privado han tenido durante el tiempo que viene durando el estado de emergencia no puede agotarse en las medidas excepcionales dispuestas para sortear el periodo de crisis. Este aprendizaje deberá ser la base para hacer más eficientes y competitivas las operaciones de comercio exterior.
En primer lugar, la ausencia del contacto físico y la necesidad de recurrir a lo virtual han obligado a los diferentes actores de la cadena logística internacional y a las propias entidades públicas relacionadas con el comercio exterior a dar cabida en sus operaciones, y de modo importante, al trabajo, supervisión y monitoreo remotos. Ello, ha sido acompañado por la prescindencia, en muchos aspectos, de la gestión de documentos físicos, así como de trámites presenciales. Firmas, sellos, y documentos pueden ser sustituidos por digitalizaciones, encriptaciones, escaneos y envío de correos electrónicos.
Es cierto que migrar de lo físico a lo virtual ha generado problemas de interacción entre los diferentes eslabones de la cadena logística internacional, pero también hemos podido apreciar que ello no es imposible. El Covid – 19 ha traído como consecuencia que esta migración haya sido obligatoria y para todos a la vez, sin excepciones. Esto constituye claramente una oportunidad para mejorar.
Así, a nivel de los procedimientos operativos, la Aduana debería revisar todo aquello relacionado con la presentación física de documentos y actuaciones presenciales. Esto deberá ser revaluado y, actuando con responsabilidad y sensatez, mantener sólo aquellas actuaciones físicas o presenciales que sean indispensables debiendo quedar debidamente motivadas las razones por las cuales dichos trámites o gestiones deben ser mantenidos.
Desde el punto de vista privado se deberá revisar también la práctica imperante de requerir la entrega o validación física de documentos (impresión de declaraciones, vistos buenos, etc.) generando, de manera razonable y responsable, soluciones que permitan prescindir de ello.
Esta crisis sanitaria ha permitido, por ejemplo, que las asociaciones gremiales puedan recabar una muy útil relación de problemas operativos, cuellos de botella y obstáculos legales que, debidamente canalizados ante las autoridades competentes, constituirán valioso material para la mejora de procesos, gestiones y tramitología desde una óptica proactiva, propositiva y participativa.
Esta interacción deberá comprender a representantes de todas las entidades públicas relacionadas con las operaciones de comercio exterior, requerirá generar reuniones periódicas y permanentes, y ser monitoreada en cuanto a metas, plazos y resultados. Este esfuerzo no debería limitarse al manejo del estado de emergencia ni agotarse cuando éste sea levantado, sino permanecer en el tiempo por su importancia y trascendencia para el país. A dichos efectos, todos deberíamos acostumbrarnos al uso de herramientas para el desarrollo de reuniones virtuales, maximizando y efectivizando tiempos y recursos.
El impacto social de esta pandemia se mantendrá aún por tiempo indeterminado. La sociedad irá volviendo gradualmente y de a pocos a la normalidad. Muchas cosas cambiarán, desde hábitos de higiene personal hasta de relacionamiento con el prójimo. Los negocios también se transformarán. Ya no se trabajará de la misma manera. Es la oportunidad para hacer los cambios que resulten necesarios.