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Clausura de Lima 2019. (Foto: Jesús Saucedo/ El Comercio)

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  • Otros estudios sugieren que los hijos de padres que pasaron hambruna en su infancia, incluso en el útero, tenían más enfermedades cardíacas. Por otro lado, registros históricos demostraron que los hijos de los soldados de la Guerra Civil norteamericana que fueron prisioneros de guerra tuvieron mayor probabilidad de morir antes que los de sus compañeros no apresados.
  • Por último, Rachel Yehuda, de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en Nueva York (EE.UU.), descubrió que 40 niños sobrevivientes del Holocausto tenían niveles más bajos de cortisol (hormona del estrés) y un patrón distintivo de metilación del ADN, un marcador epigenético.
  • Debido a lo controversial de aceptar que los sufrimientos de nuestros padres puedan heredarse, y debido a que los estudios en seres humanos demorarían siglos en demostrarse, la neurobióloga Isabelle Mantuy, de la Universidad de Zúrich (Suiza), ha desarrollado un revolucionario sistema de estudio del rol del estrés y del sufrimiento en el ADN de ratones.
  • Ella afirma que los cambios epigenéticos causados por el sufrimiento pueden llegar hasta la sexta generación de ratones, y que esos cambios son causados por la modificación de pequeñas secuencias no codificantes del ARN ().
  • En un respaldo a su trabajo, el biólogo Larry Feig, de la Universidad Tufts en Boston, estudió muestras de bancos de esperma y demostró que los espermatozoides de hombres con altos niveles de estrés –medidos con el cuestionario de Experiencias Adversas de la Infancia (ACE, en inglés)– presentan cambios significativos en sus secuencias .