El presidente Martín Vizcarra precisó que es importante tener una gestión de Gobierno con una visión más integral. (Foto: Andina)
El presidente Martín Vizcarra precisó que es importante tener una gestión de Gobierno con una visión más integral. (Foto: Andina)

Redacción Gestión

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PULSO PERÚ. En lo que va del año el presidente Martín Vizcarra ha perdido 10 puntos porcentuales en su aprobación. Según la última encuesta de Pulso Perú, elaborada por Datum para Gestión, su popularidad ha bajado a 56%. Los mayores descensos se han dado en Lima y entre las personas del segmento A/B, mientras que en el sur la desaprobación ya supera a la aprobación.

La principal razón que las personas tienen para desaprobarlo es su mala labor en el Gobierno. Las últimas denuncias tampoco lo favorecen, pues la mayoría no cree que el presidente no supiera nada del manejo de los fondos de la campaña presidencial de PpK y tampoco que no estuviera presente en la supuesta entrega de dinero por parte de la empresa Casa a la campaña, quizá por eso un 17% lo califica de mentiroso.

La desazón ha llegado a tal nivel que ya un 83% de los encuestados considera que es momento de hacer cambios en el gabinete. Pero no solo se trata de cambiar ministros, eso es necesario, pero no resulta suficiente, pues lo que se requiere es cambiar la actitud, de lo contrario el aire que le brinde refrescar el gabinete, le durará apenas un par de meses y luego el Gobierno y la apreciación de la población regresarán a lo mismo.

Como ya hemos dicho, el presidente necesita mirar más allá de la lucha anticorrupción y la reforma política. Si bien, ambos objetivos son importantes, las dificultades del país no son solo esos y el Gobierno debe acometer contra todos los problemas con la misma energía, empeño y sin duda con mayor eficacia. No en vano la calificación al trabajo del Gobierno ha sido nuevamente desaprobatoria (10.3)

El presidente Vizcarra cuenta aún con un alto nivel de aprobación, por lo que está a tiempo de ajustar su hoja de ruta. Sin embargo, para lograrlo necesita deshacerse de todos aquellos que le hablan al oído y le hacen creer que todo está bien y que las voces de crítica son solo de sus enemigos políticos, o peor aún, que todos sus críticos son “corruptos”.

Sería penoso ver que el presidente desaprovecha el capital político con el que aún cuenta y se mantenga en una estrategia de permanente confrontación sin poner en marcha por lo menos algunas de las grandes reformas que el país requiere. El Gobierno aún está a tiempo de reaccionar, sino tendrá que recordar el refrán “guerra avisada… no mata gente”.